miércoles, diciembre 29, 2004

EL FUTBOL ATORRANTE

Vengo trotando con la pelota en los pies. Alguien me ha dado un buen pase y
ahora me acerco al área contraria.
Presiento un galopito detrás mío y apuro el tranco, asustado. Miro. Lo que
veo no me dice mucho. La defensa adversaria está bien ubicada. En cuanto alguno
se avive que no se me ocurre nada, me atora y me quita la pelota.
Podría tratar de cortársela al wing, por detrás del marcador, pero esas casi
nunca pasan.
También podría amagar el pase y seguir yo, pero noto en la cara del zaguero
central que se trata de un individuo suspicaz: no se tragará ningún amague. De
pronto, sin que nadie me lo diga, se que alguien aparecerá desde atrás para
ayudarme. Entonces pongo cara de centreforward, corro al arco. El zaguero se
corre un poco para tapar el tiro. Pero yo no shoteo. Le doy suave hacia mi
izquierda. Y allí, por donde yo adivinaba, aparece el compañero, libre de
marca, ganador, imparable. Casi sin acomodarla le mete un derechazo que entra
por cualquier parte. Gol.
Después de celebrar con un grito, mientras los rivales deslindan responsabi-
lidades, mi compañero me guiña un ojo. Al pasar me toca, apenas.
He pensado como él. He confiado en él. Somos amigos.
Sin mirarlo casi, le digo "Bien, che". Soy feliz.

Es hermoso el fútbol de la muchachada. El fútbol amateur, el de los equipos
de barrio.
El que se juega en canchas alquiladas. O en los pocos potreros que nos
quedan. El que llena el Parque Saavedra. O la cancha de Alianza. O la de atrás
de los cuarteles de Ciudadela. O los descampados de San Miguel.
Sobre ese fútbol se ha escrito poco y mal. No seré yo quien lo remedie. Mi
humilde intención es trazar algunos apuntes para que algún estudioso de verdad
empiece a escribir de una vez un tratado completo sobre el tema.

Orígenes y dificultades
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Un equipo atorrante puede nacer de mil maneras distintas.
A veces se compone de caballeros que trabajan en la misma panadería. En
otras ocasiones, sus integrantes van al mismo colegio. O viven en el mismo
barrio. O los echaron de un equipo anterior. Hubo una época en que no se
concebía un grupo de más de diez personas que no tuviera su propio equipo de
fútbol. Empresas, oficinas, herrerías, sociedades literarias y simples patotas
han dado nacimiento a temas de tan glorioso recuerdo, que a veces uno sospecha
que la fundación de ciertas entidades comerciales no ha sido sino el pretexto
para la aparición del equipo de fútbol correspondiente.
Sin embargo no todo es tan fácil como parece.
Hoy en día resulta bastante dificultoso juntar once.
Yo recuerdo épocas en que cada vez que aparecía una pelota, había que echar
a patadas a los postulantes.
Ahora todos son estrellas.
Este no puede porque tiene que viajar a Saladillo. El otro se va a la
pileta. Al de más allá, la mujer no lo deja. Después quieren que el fútbol ande
bien con semejante morralla.
Otro inconveniente es conseguir rivales.
-No, nosotros estamos en un campeonato.
-No, nosotros jugamos solamente contra equipos de otras empresas.
-No, este fin de semana ya tenemos partido.
-No, nosotros jugamos nada más que los lunes.
-No, a esa hora ni locos.
Es un infierno, les garanto.
Pero supongamos que usted ha conseguido a once malandras y que ha concertado
un desafío contra unos tipos de San Isidro el domingo a las nueve de la mañana
en la cancha del Parque Hernández, en San Martín.
La noche anterior usted empieza a sufrir. Porque de golpe y porque sí, dos
tipos se borran. Hay que conseguir otros dos. Entonces usted comienza un
espantoso peregrinaje en busca de reemplazantes. Y llama por teléfono o toca
los timbres de sujetos que usted jamás convocaría en circunstancias normales. Y
-para peor- los muy canallas se hacen los difíciles.
-¡Eh, recién ahora me avisás!
Y usted ruega y se arrastra por el suelo ante troncos irrecuperables
tratando de arrancarles la promesa de su asistencia.
Al final, cerca de la medianoche, el equipo queda completo, con la
desagradable presencia de un pibe de once años y de un cuñado suyo que ni
zapatillas tiene.
Algo más tranquilo, usted procede a preparar su ropa. Indumentaria clásica:
un par de medias llenos de agujeros. Otro par de medias para usar debajo, que
también tiene agujeros, pero en otra disposición. Un pantalón con tierra del
partido anterior. Un par de zapatillas gastadas y otras decididamenterra
inservibles, para prestarle a su cuñado. Hay también canilleras, pedazos de
trapo, piolines y otras basuras que suelen guardarse en la bolsa, más que nada
para no tirarlas.
Después de esta operación, antes de acostarse, usted mira el cielo. Y con
indignada consternación descubre algo espantoso: se está nublando. Son las
cuatro de la mañana y usted permanece despierto. Truena. Sopla viento.
¿Lloverá? ¿Podremos jugar igual? ¿Desertará algún pusliánime ante la
ventisca? Transpirando a causa de la incertidumbre, usted se duerme a las
cinco.
Pero a las ocho ya está en pie. Despierto y con el corazón ardiente. Ha
limpiado.
Sin nada en el estómago, usted se constituye en la cancha del Parque
Hernández. Cuando llega son las nueve menos cinco. Y le espera una sorpresa
desagradable: usted es el primero.
Pasan dos colectivos sin detenerse. El panorama es desolador. Sin embargo,
en una punta del parque, como a cien metros de allí, hay unos morochos
peloteando. Usted piensa que pueden ser sus compañeros que han llegado más
temprano. Trota hasta llegar a ellos: se trata de desconocidos.
A las nueve y diez llegan otros atorrantes.
-¿No vino nadie? -preguntan inquietos.
-No -contesta usted.
Entonces los recién llegados se desesperan y se indignan. Los contrarios
tampoco aparecieron. El partido peligra.
Cada vez que se detiene un colectivo, la esperanza ilumina a los reos. Desde
antes que el coche pare, ya se van agachando para palpitar a través del
parabrisas el arribo de algún otro malandra.
-A esta hora ya no viene más nadie -dice alguien.
Finalmente, a las diez menos cinco, con los nervios destrozados, usted
empieza a jugar.

Nomenclatura, indumentaria y heráldica
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Llega un momento, después de mucho padecer, después de innumerables
desencuentros y partidos frustrados, en que el equipo tiene un elenco más o
menos estable. Y aumenta la frecuencia de los desafíos. Entonces va creciendo
el espíritu de cuerpo y el deseo de consolidar el grupo.
Este sentimiento ha engendrado no pocos clubes de barrio, con sede y todo.
Pero la primera medida que garantiza la existencia de un cuadro es la
búsqueda de un nombre.
Enseguida aparecen propuestas inevitables: "Brisas del Plata", "Once corazo-
nes".
O sugerencias chuscas, casi murgueras: "Los lonyipietros de José Ingenie-
ros", "Sacale el hilo a esa chaucha".
Me permitiré mencionar -a modo de homenaje- los inmortales nombres de
algunos cuadros atorrantes que he conocido:
"Halcón de Caseros", "Ciclón de Jonte", "Empalme San Vicente", "Barrio
Chino", "Estrella del Sur", "Namuncurá", "Los místicos", "Agronomía Central",
"La Academia", "Celtic de Merlo", "La matraca", "Hindú", "Resto del Mundo". Que
el olvido perdone a todos ellos.
Otro hecho de importancia fundamental para la perduración de un cuadro es la
adquisición de camisetas.
No nos vamos a demorar en su elucidación. Ya todos sabemos los métodos que
se emplean para reunir el dinero: rifas, colectas, sustos y disparadas de toda
índole.
Debo hacer notar -eso sí- dos tradiciones que se verifican siempre. La
primera exige que las camisetas se estrenen perdiendo. La segunda, que se
destiñan al primer lavado.

Personajes del fútbol atorrante
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Cesarini decía que uno es igual en la cancha y en la vida. No sé si esto
será cierto. Con la gente -ya se sabe- es inútil proponer leyes inmutables. Los
postulados sirven para triángulos y cotangentes, pero no para los hombres de
carne y hueso. Allí fracasan. Pero volvamos al potrero. Conozcamos sus
personajes principales.
El morfón: Azote de las canchas. Egoísta y obcecado. Jamás pasa la pelota.
Unicamente lo hace cuando está perdido. Sus pases son imperfectos, de mala
gana, mordidos y con efecto. Algunos han querido ver en el morfón una
concepción individualista del fútbol. Yo creo, simplemente, que un morfón es un
pavote.
El tronco: No sabe nada. Es torpe. Y cada partido es para él una
humillación.
El sobrador: Cobarde en la adversidad y fanfarrón en el triunfo. Este
jugador suele aparecer cuando el equipo gana tres a cero. Entonces tira caños,
intenta lujos y se burla de los rivales.
El pecho frío: Ausente de barullos y entreveros. Nunca se ensucia. Nunca
grita. Nunca se enoja.
El loco: Suele ser puntero. Es eléctrico e imprevisible. Jamás hace caso,
habla solo y se ríe de sus jugadas absurdas.
El arquero: Nunca supe qué es lo que hace que alguien se vuelva arquero.
Quizá alguna oculta vocación de trapecista. Hay algo curioso: los pibes más
chicos se desesperan por ir al arco. Conforme crecen abandonan los tres palos y
ya grandulones, hay que mandarlos a atajar de prepo.
El tipo que pasaba por ahí: Personaje cuya importancia pocos hantres palos
comprendido. Es el undécimo hombre. Cada vez que falta uno, los muchachos miran
a su alrededor, eligen al morocho más aparente y le lanzan la invitación.
¿Querés jugar? Y el tipo acepta. Lo ponen de cualquier cosa, por allá adelante.
Nunca le dan un pase. Lo ignoran. Ni siquiera le reprochan nada. Cuando termina
el partido todos se olvidan de él, como si no hubiera jugado. Y quien sabe
cuántos triunfos se han cimentado en el humilde trabajo de los tipos que
pasaban por ahí.
El pibe: Es más chico que todos y se abusa. Sabe que no lo van a tocar y que
hay diez grandotes dispuestos a detenderlo. Lo mejor es darle sin asco.
Hay muchos: el referí, el matón, el héroe, el caudillo, el delegado, el
gritón, el que reparte las camisetas, el llorón, el lesionado, el suplente, el
pavo y otros mil. Basta, por favor.

Mentiras criollas
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Flotan en el aire algunos conceptos equivocados sobre la táctica y
estrategia del fútbol atorrante. Y los futuros tratadistas deberán refutarlos.
Veamos algunos de ellos.
"Es lo mismo perder uno a cero que diez a cero" Axioma que pretende
inducirnos a atacar desesperadamente aunque nos revienten a goles. Es falso. Es
mejor ir perdiendo uno a cero. De este modo con un gol de casualidad,
empatamos. En el otro caso, nos ponemos diez a uno.
"Venimos a divertirnos" Frase que le sueltan a uno cada vez que se pone un
poco nervioso.
Y aquí nos hallamos ante un punto fundamental.
"¿Venimos a divertirnos o a hacernos mala sangre?" me preguntan a veces
cuando me enojo. Y yo contesto: "A hacernos mala sangre".
Sí señor, yo no vengo a divertirme. Para eso está el ludo, el desconfío o el
pinchanúmeros, pero nunca el fútbol.
Yo quiero sufrir ante el resultado incierto. Padecer la angustia del dominio
rival. Sentir miedo ante los golpes y aguantármelo. Quiero imaginar que cada
partido es terrible y decisivo. Sé que deberé poner inteligencia y fortaleza.
Que hay compañeros que necesitan socorro y adversarios dispuestos a todo. Esta
realidad me excita, me entusiasma, me indigna y me enfervoriza, pero no me
divierte.
Y quienes van a la cancha a divertirse han equivocado el lugar.

Una receta para ganar siempre
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No se trata de un esquema posicional. Es algo sentimental.
A tomar nota los técnicos, porque esta receta nunca falla.
Pues bien: sostengo que el afecto entre los integrantes de un equipo, lo
torna invencible.
Por eso no debemos burlarnos socarronamente de aquellos que hablan del
"grupo humano". Algo sospechan estos caballeros.
Yo recién lo descubrí hace poco. Una frase de Menotti me lo reveló.
El flaco le puso nombre a algo que yo sentía desde hacía mucho tiempo.
¿Por qué uno quiere en su equipo a ciertos tipos?
¿Porque juegan bien? ¿Porque se adaptan mejor al juego de uno? No. Uno los
elige porque los quiere más. Ahora lo sé bien. Y sé que nunca podría jugar un
buen partido con compañeros a quienes detestara. Es así.
Uno está dispuesto a alentar al que se equivoca, si hay afecto.
Uno ayuda al qu está en apuros, si hay afecto.
Uno se mata cuando escucha al amigo que le grita "Bien, Negro".
Y este afecto, este viril cariño, es lo mejor que tiene el fútbol.
Este juego, señores, no es una escuela de vida, ni una filosofía, ni una
cosmovisión, como pretenden hoy en día los deportistas presuntuosos. Pero el
solo hecho de aprender a cinchar por un fin común y sacar la cara por el
compañero basta para recomendar su práctica con todo calor.

El puntero llega al fondo de la cancha. Se dispone a lanzar centro.
Yo estoy en el medio del área. Muy marcado.
El puntero no centrea. Elude a su marcador y se viene hacia el área.
Uno de los qu me marcaba lo va a buscar. En ese momento me la toca.
La pelota viene rasante, firme. Yo presiento algo detrás mío.
Amago el remate, pero abro las piernas y la dejo pasar.
A mis espaldas entra, imparable, el compañero. Le pega un derechazo
terrible. Gol.
Cuando vuelve me guiña el ojo. Al pasar me toca, apenas. Casi sin mirarlo le
digo "Bien, che".
He pensado en él. He confiado en él. Somos amigos. Soy feliz.
Buenas tardes.

APUNTES DE FUTBOL EN EL BARRIO DE FLORES

En un partido de fútbol caben infinidad de novelescos episodios.Allí reconocemos la fuerza, la velocidad y la destreza del deportista. Pero también el engaño astuto del que amaga una conducta para decidirse por otra. Las sutiles intrigas que preceden al contragolpe. La nobleza y el coraje del que cincha sin renuncios.

La lealtad del que socorre a un compañero en dificultades. La traición del que lo abandona. La avaricia de los que no sueltan la pelota. Y en cada jugada, la hidalguía, la soberbia, la inteligencia, la cobardía, la estupidez, la injusticia, la suerte, la burla, la risa o el llanto.

Los Hombres Sensibles pensaban que el fútbol era el juego perfecto, y respetaban a los cracks tanto como a los artistas o a los héroes.

Se asegura que los muchachos del Ángel Gris tenían un equipo. La opinión general suele identificarlo con el legendario Empalme San Vicente, conocido también como el Cuadro de las Mil derrotas.

Según parece, a través de modestas giras, anduvieron por barriadas hostiles, como Temperley, Caseros, Saavedra, San Miguel, Florencio Varela, San Isidro, Barracas, Liniers, Nuñez, Palermo, Hurlingham o Villa Real.

El célebre puntero Héctor Ferrarotti llevó durante muchos años un cuaderno de anotaciones en el que, además de datos estadísticos, hay noticias muy curiosas que vale la pena conocer.

En Villa Rizzo, todos los partidos terminan con la aniquilación del equipo visitante. Si un cuadro tiene la mala ocurrencia de ganar, su destrucción se concreta a modo de venganza. Si el resultado es una igualdad, la biaba obra como desempate. Y si, como ocurre casi siempre, los visitantes pierden, la violencia toma el nombre de castigo a la torpeza.

En ciertas ocasiones, los partidos deben suspenderse por la lluvia u otras circunstancias. En ningún caso se extrañará la estrolada, que llegará sin fútbol previo, pura, ayuna de pretextos.

- En Caseros hubo una cancha entrañable que tenía un árbol en el medio y que estaba en los terrenos de una casa abandonada.

- En un potrero de Palermo, había oculta entre los yuyos una canilla petisa que malograba a los delanteros veloces.
- Cierto equipo de Merlo jugaba con una pelota tan pesada que nadie se atrevió nunca a cabecearla.
- En un lugar preciso de la cancha de Piraña acecha el demonio. A veces los jugadores pisan el sector infernal, adquieren habilidades secretas, convierten muchos goles, triunfan en Italia, se entregan al lujo y se destruyen.

Otras veces los jugadores pisan al revés y se entorpecen, juegan mal. son excluídos del equipo, abandonan el deporte, se entregan al vicio y se destruyen. Hay quienes no pisan jamás el coto del diablo y prosiguen oscuramente sus vidas, padecen desengaños, pierden la fé y se destruyen.

Conviene no jugar en la cancha de Piraña.Las últimas páginas del cuaderno de Ferrarotti contienen historias ajenas. Algunas de ellas muestran un conmovedor afán literario. Veamos.

El Tipo que Pasaba por Ahí

Suele ocurrir en los equipos de barrio que a la hora de comenzar el partido faltan uno o dos jugadores. Casi siempre se recurre a oscuros sujetos que nunca faltan en la vecindad de los potreros. El destino de estos individuos no es envidiable. Deben jugar en puestos ruines, nadie les pasa la pelota y soportan remoquetes de ocasión, como Gordito, Pelado o Celeste, en alusión al color de su camiseta. Si repentinamente llega el jugador que faltaba, se lo reemplaza sin ninguna explicación y ya nadie se acuerda de su existencia.

Pero una tarde, en Villa del Parque, los muchachos del Ciclón de Jonte completaron su formación con uno de estos peregrinos anónimos. Y sucedió que el hombre era un genio. Jugaba y hacía jugar. Convirtió seis goles y realizó hazañas inolvidables. Nunca nadie jugó así. Al terminar el partido se fue en silencio, tal vez en procura de otros desafíos ajenos.

Cuando lo buscaron para felicitarlo, ya no estaba. Preguntaron por él a los lugareños, pero nadie lo conocía. Jamás volvieron a verlo.Algunos muchachos del Ciclón de Jonte dicen que era un profesional de primera división, pero nadie se contenta con ese juicio. La mayoría ha preferido sospechar que era un ángel que les hizo una gauchada. Desde aquella tarde, todos tratan con más cariño a los comedidos que juegan de relleno.

El Referí Demasiado Justo

El colorado De Felipe era referí. Contra la opinión general que lo acreditó como un bombero de cartel, quienes lo conocieron bien juran que nunca hubo un árbitro más justo. Tal vez era demasiado justo.

De Felipe no sólo evaluaba las jugadas para ver si sancionaba alguna infracción: sopesaba también las condiciones morales de los jugadores involucrados, sus historias personales, sus merecimientos deportivos y espirituales. Recién entonces decidía. Y siempre procuraba favorecer a los buenos y castigar a los canallas.

Jamás iba a cobrarle un penal a un defensor decente y honrado, ni aunque el hombre tomara la pelota con las dos manos. En cambio, los jugadores pérfidos, holgazanes o alcahuetes eran penados a cada intervención. Creía que su silbato no estaba al servicio del reglamento, sino para hacer cumplir los propósitos nobles del universo. Aspiraba a un mundo mejor, donde los pibes melancólicos y soñadores salen campeones y los cancheros y compadrones se van al descenso.

Parece increíble. Sin embargo, todos hemos conocido árbitros de locura inversa, amigos o lacayos de los sobradores, por temor a se sus víctimas . Inflexibles con los débiles y condescendientes con los matones. Una tarde casi lo matan en Ciudadela. Los Hombres Sensibles de Flores lamentaron no haber estado allí, para hacerse dar una piña en su homenaje.

Instrucciones para elegir en un picado

Cuando un grupo de amigos no enrolados en ningún equipo se reúnen para jugar, tiene lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer quiénes integrarán los dos bandos. Generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo o pisada y luego cada uno de ellos elige alternadamente a sus futuros compañeros.

Se supone que los más diestros serán elegidos en los primeros turnos, quedando para el final los troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances. El hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida. Sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo aceptan o lo rechazan. Sin eufemismos, conocerá su verdadera posición en el grupo. A lo largo de los años, muchos futbolistas adevertirán su decadencia, conforme su elección sea cada vez más demorada.

Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector, observó que sus decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades.

LA MURGA DEL TIEMPO

Un rato antes de admitir la falsedad de un milagro, los Hombres Sabios se complacen en señalar el carácter metafórico del prodigio.
Ahora bien, un milagro es la negación de una metáfora. Cuando decimos que un hombre vuela milagrosamente estamos anulando toda referencia a la poesía, a la libertad o a la independencia de costumbres.
La explicación metafórica es una cobardía propia de quienes no se atreven ni a la fe ni a la incredulidad. Los hechos milagrosos que a continuación narraremos deben ser reputados verdaderos o falsos, pero no símbolos de otros hechos. Podrá objetarse que no existe en el universo objeto alguno que no sea un símbolo, ni dictamen que no gambetee la refutación presumiendo de metafórico. En tal caso podremos decir que la objeción misma es simbólica.
Los vecinos de Flores suelen hablar del Barrio Maldito. Al parecer, es un distrito de mala suerte donde siempre ocurre lo desatinado y horrible. Personajes monstruosos garantizan la perfección de las desgracias: hay allí brujas, demonios, ogros, dragones, basiliscos y quimeras.
Se asegura que nadie sale vivo.
Espíritus barrocos han ido añadiendo detalles. Una pared de niebla que rodean la barriada. Un guardián implacable. Una calle donde no se puede cantar. Se discute asimismo el emplazamiento real y los límites exactos del Barrio Maldito. Al oeste de la vía todos juran que queda al oeste. Los del Sur lo suponen en el norte. Algunos los identifican con Parque Chas. Los pedantes garantizan que el Barrio Maldito está dentro de nosotros mismos, junto con el demonio, un niño, la persona amada, etcétera.
Por estas calles funestas anda la murga del tiempo, también llamada comparsa del devenir, un grupo de bailarines zaparrastrosos que se mueven sin la menor gracia. La murga baila todo el año, sus apariciones son sorpresivas y sus cantos imposibles de ser recordados, ni aún por los mismos cantores, que se ven obligados a inventar letras nuevas perpetuamente.
Pero lo principal cualidad de ésta comparsa se escribe así: si alguien baila con ellos ya no puede dejar de bailar, ni abandonar la murga. De este modo, el número de sus integrantes aumenta cada día. Las madres aconsejan a los niños cuyas viviendas órgano bombo y los individuos con historias espantosas de niños aplicados y condenados a la repetición Perpetua de un paso muy dividido.
Cada vez que una persona deja de aparecer por los boliches de Flores, es elegante suponer que ha sido hechizada por la Murga.
Siendo que quien ve a la Murga no puede evitar el baile y siendo que quien baila no puede dejar de hacerlo, está claro que la Murga no ha sido vista sino por su propios integrantes. Esto tiñe de sospecha todos los testimonios, incluso éste. Sin embargo, la imposibilidad de cualquier desmentida permite afirmaciones audaces: las mujeres van desnudas, las carrozas vuelan, los disfraces son imposibles de quitar, los pomos lanzan Agua de Olvido.
El polígrafo de Flores Manuel Mandeb juró haber bailado durante horas con las chicas de la comparsa. Al parecer, un paso equivocado le permitió escapar. Hombre propenso, en el baile como en la vida, a salir por el lado opuesto, quedó solo levantando una pierna hacia el oriente cuando todo marchaban hacia occidente. El percance le dejó tiempo para pensar y así fue cómo salió rajando.
El mismo Mandeb hizo correr un rumor complicadísimo acerca de la marcha del tiempo en el interior de la Murga. Parece que hay un núcleo alrededor del cual giran los bailarines y donde suele caminar el Director. Según Mandeb, allí el tiempo marcha al revés, en dirección al pasado. Los cigarrillos crecen en los ceniceros. Las leyendas se transmiten de generación en generación, pero son los hijos los que las cuentan a los padres. Uno tiene el pelo cada vez más corto. Las historias de amor empiezan por el hastío. Los libertinos salen borrachos de su casa y regresan sobrios la noche anterior. Mandeb habla también de tiempos que marchan hacia el costado, con causas sin efecto, o con efectos pertenecientes a otra serie. También menciona una esquina en donde el tiempo pasa rápido y los soles del día son como guiños de luciérnagas. Si tuviéramos la cobardía de buscar metáforas, muy pronto diríamos que la Murga es la vida, que todos bailamos en ella, que no hay modo de escapar a la sucesión, que el canto nunca se repite. Los agregados de Mandeb podrían interpretarse como contrapuntos de recuerdos en la melodía principal, y la huida del polígrafo como la eterna ilusión del hombre concreto de ser el artífice de su propio destino.
Por suerte nos asiste el coraje de descreer de estas leyendas y no nos cansaremos de pregonar la inexistencia de murgas y comparsas, con toda la fuerza de nuestra voz, agitando nuestras matracas, soplando nuestras cornetas y bailando, bailando, bailando.

LA DECADENCIA DE LA BOLITA



Resulta dificil hablar sobre la desaparicion del juego de la bolita
sin entrar en espinosas controversias.
Desde luego se trata de un asunto complejo y puede ser examinado
segun criterios muy diferentes.
Las personas sencillas afirman simplemente que se trata de una
decision de los chicos, arbitraria, inexplicable y -por lo tanto- indigna de
ser discutida.
Los psicologos, antropologos, electrotecnicos y aun los contadores
suelen llamar la atencion sobre la influencia de otros entretenimientos de
emocion mas sostenida, como la television, el billar japones, el cerebro
magico o las palabras cruzadas.
Los Refutadores de Leyendas niegan que haya existido jamas un juego
semejante y se oponen con argumentos inexpungables al mito de la vieja
niñez romantica.
Por el contrario, los Hombres Sensibles aseguran que la desaparicion
del juego de las bolitas es el resultado de una conjura universal.
Este punto de vista es muy interesante y vale la pena elucidarlo.
En su monografia Faltan Bolitas, el pensador de Flores, Manuel
Mandeb, plantea un interrogante que nos deja perplejos. Veamos.
"... Este juego parece haber empezado a languidecer en 1960. Pero puede
afirmarse que en ese momento ya hacia por lo menos cincuenta años que se
jugaba. Entonces habia veinte millones de habitantes en el pais, y no era
demasiado audaz afirmar que, en el medio siglo de su auge, el juego de la
bolita habia sido practicado por diez millones de individuos en uno y otro
momento de sus vidas. Ahora bien: cuantas bolitas poseia cada niño aficionado,
como promedio? Digamos cincuenta. Multipliquemos: cincuenta por diez millones.
Son quinientos millones de bolitas. Bien, volvamos al presente: alguno
de ustedes ha visto una bolita en el ultimo año? Seguramente no. Yo pregunto:
donde estan los quinientos millones de bolitas? Quien las tiene?
"Y no me digan que el tiempo las destruyo porque el viento y la lluvia no
son suficientes para destrozar una bolita...
"...Las canchas han sido arrasadas y hasta pavimentadas, los hoyos
fueron rellenados, los jugadores se han visto tentados por otras disciplinas.
Alguien esta borrando todo vestigio del paso de las bolitas por esta tierra..."
Inspirado quizas en el trabajo de Mandeb, este texto pretende asentar
las reglas, la tecnica y la estrategia de las bolitas. La tarea no es tan facil
como parece. A favor de la campaña desarrollada por los Refutadores de
Leyendas y Los Amigos del Olvido, casi nadie recuerda los reglamentos.
Por lo demas, todos sabemos que en cada cuadra habia matices en la
interpretacion de cada norma ludica.
No obstante, luego de la publicacion de esta nota, es probable que
algun pequeño numero de Pibes Sensibles se ponga a jugar, aunque mas
no sea a modo de desplante ante el Universo.

I- LAS BOLITAS

Se trata de pequeñas esferas, casi siempre de vidrio. Su diametro es
variable: las mas chicas se llaman "piojos" o "pininas", las medianas son
las mas frecuentes y estan tambien las grandes o "bolones", que suelen
utilizarse en el juego del Triangulo.
Años atras podian reconocerse diferentes pelajes de bolitas.
Las mas hermosas eran las "lecheras". En ellas predominaba el blanco,
siempre mezclado con algun otro color. Eran semiopacas, no se podia
ver a traves de ellas y la variedad de diseños y combinaciones era enorme.
Estaban tambien las semitransparentes, de colores frios, casi siempre verdes
o azules. Eran como cachos de sifon. En el interior a veces se
adivinaba un filamento gelatinoso y mas bien repugnante. Salvo excepciones,
eran unas bolitas de porqueria.
Sin embargo, la ultima generacion de niños jugadores solo conocio esas
bolitas.
Las lecheras desaparecieron misteriosamente. Miles de personas
jamas han visto una. Las mas recientes son las llamadas "bolitas japonesas"
mas livianas que las convencionales, y totalmente inutiles para jugar.
Su aspecto es el de una esfera transparente con un papelito de color en su
interior.
Todo niño poseia una bolita preferida, que era la que utilizaba para jugar.
Se la llamaba "puntera". El resto de las bolitas servia para pagar las deudas
provinientes del juego. Si acaso una racha adversa obligaba al niño
a entregar la puntera, se le otorgaba a esta noble bolita el valor de cuatro
o cinco.
Tambien pueden citarse -como curiosidad- las bolitas de barro,
los aceritos y hasta las de plastico (indefectiblemente ovaladas).
La identidad de los fabricantes de bolitas es un enigma. Nunca hubo
marcas, ni envases ni publicidad. Algo muy raro debe haber en todo esto.


II EL JUEGO DEL HOYO Y LA QUEMA

Pueden participar dos o mas jugadores, El juego tiene lugar en una
cancha de unos 5 metros de largo por 2 de ancho. La superficie de este
terreno debe ser de tierra, pareja y arida, tal como la de las canchas de
bochas aunque no tan blanda.
Es de buen gusto que un pequeño arbol se situe en uno de ls costados.
En realidad, los mejores lugares para instalar canchas de bolitas son los
rectangulos de tierra que existen en las veredas del Gran Buenos Aires. En
la Capital, como se sabe, las veredas llegan hasta el cordon y los espacios
sin baldosas que rodean a los arboles son insuficientes. Por eso los chicos
de la Provincia han sido siempre mas diestros en este juego.
Hay cuatro lineas que limitan la cancha y una que la divide en dos,
llamada "mita". En el centro exacto de una de esas dos mitades, se encuentra
el hoyo.
Y aqui nos topamos con otro punto de discusion. Algunos prefieren
excavar el hoyo con una chapita de naranjin. Otros entierran una bolita y,
despues de extraerla ensanchan el crater resultante. Los mas desaprensivos
clavan el taco en la tierra, y lo hacen girar, obteniendo de este modo
enormes cacerolas que desvirtuan el caracter del juego.
Los jugadores se situan detras de la linea de salida, que es la linea mas
corta mas lejana del hoyo. Uno a uno van lanzando sus bolitas, tratando de
colocarlas en el lugar mas cercano al citado agujero. Esto es de capital
importancia, pues despues del tiro de salida, el primero en jugar sera
quien se encuentre mas proximo al hoyo. De este modo, si uno observa
que el jugador anterior ha conseguido arrimar demasiado bien, mejor
sera que no trate de superar esa marca y busque los lugares mas seguros de
la cancha.
El objeto del juego, aclaremos, es embocar en el hoyo y hacer impacto
en las bolitas de los contrarios ("quema"). Los jugadores "quemados"
van egresando del juego y pagando a quien los quemo. Cuando queda solamente
uno, termina la ronda y comienza otra.
Cada participante va evolucionando con su bolita conforme a una
cierta estrategia. Algunos persiguen a su presa y se van acercando cada vez
mas, aun a riesgo de quedar ofreciendo un blanco facil. Otros buscan siempre
los lugares lejanos y hacen tiros largos (es decir "rugen"). Si una
bolita sale fuera de la cancha debe permanecer en el lugar donde ha quedado
para que los otros jugadores le tiren, si asi lo desean. Al corresponderle
nuevamente el turno, el jugador podra efectuar su tiro desde cualquier
punto de la linea atravesada por su bolita al salir.


III LA BOLITA Y EL CANTO

Para obtener prioridades y anunciar decisiones o reclamar la vigencia
de ciertas reglas es necesario -en la bolita- pronunciar a voz en cuello
algunos conjuros predeterminados. Veamos una pequeña coleccion de
ellos.
"Bolita cola": es en realidad la invitacion o desafio a jugar y tambien
la reserva del privilegio de tirar ultimo. Tambien puede decirse "Bolita
cola, no puntie", esclarecedora frase que indica que uno no tiene intenciones
de someterse a nungun "punteo" o arrimada previa, para establecer el
orden de salida.
"Mita al medio, buena al tiro": canto que solo puede realizar el que
tira ultimo en la salida. Si el tipo considera que alguno de sus rivales esta
demasiado cerca del hoyo, le suelta el canto y le da el hoyo por embocado.
Pero -eso si- lo obliga a poner su bolita en la mita, expuesta a su disparo
inicial.
"Buen repe": ante la proximidad de la pared, se grita este conjuro
para indicar que si el impacto se produce de rebote, tambien sera valido.
El canto contrario es "mal repe".
"Pica paso": declaracion de voluntad que asegura la posibilidad de
colocar nuestra bolita a un paso de distancia, si un pique traicionero la
pone a merced del rival. Algunos niños tahures suelen retrucar "de
hormiguita", para reclamar que el paso sea pequeño. "Voladora", agrega,
entonces el primer niño. Y se manda un paso de cuatro metros. Tambien puede
aullarse "pica no paso".
"Cuantas quiera": Como el jugador que emboca en el hoyo o realiza
una quema vuelve a tirar, muchos niños proceden a sacudir tres o cuatro
quemas seguidas a la misma bolita, con el fin de irse acercando a otros ob-
jetivos. Para poder hacerlo debe pronunciar las palabras que encabezan
este fragmento.
"Corta, retira no garpa": salvedad con que el pequeño que va ganando
anuncia su derecho a abandonar el juego en cualquier momento, sin
que este raje le resulte oneroso.
"Bien sonati": exigencia mas bien ranfañosa, segun la cual se pretende
que los impcatos hechos en nuestra bolita hagan ruido o no se paguen.
"Mueve pajita, garpa bolita": pareado pentasilabo que es de lo ultimo
y se profiere cuando la bolita contraria esta en medio del pastito.
Existen infinidad de formulas "buena linea recorrida", "hoyo antes
de quema", "buena mengua", etc. Cuando se quieren evitar los recoes que
provocan estos cantos, se juega "a todas buenas", es decir, sin cantar.


IV COMO EMPUñAR LA BOLITA

Para efectuar el disparo, debe colocarse la mano izquierda alzandose
sobre sus dedos en el punto exacto donde estaba la bolita. La mano derecha
descansara sobre la izquierda y empuñara la bolita. Los zurdos
haran exactament lo contrario.
Hay dos formas clasicas de tomar la bolita: la antigua, despreciada
muchas veces, y la moderna. En la primera la bolita se aloja detras del
indice. En la segunda, detras del mayor, sirviendo el indice como guia o mira.
Hay algo mas. Algunos pibes muleros suelen extender la mano hacia
adelante acercandose a la bolita del adversario. Esta demasia se conoce
con el nombre de "ganfia o gañote" y es el origen de innumerables reyertas.
En este punto conviene aclarar la existencia de otros juegos de bolita:
"el triangulo, el gayito, la troya, la cuarta". Pasaremos por alto la
complicada explicacion de sus reglas.


El pasto ya ha crecido sobre las canchas. Los chicos ya no tienen las
rodillas sucias. Los pantalones de medidas infantiles no tienen bolsillos.
El pavimenteo y las baldosas lo cubren casi todo. Mandeb quiza tenia
razon.
Existe una conjura universal para impedir el juego de la bolita.
Alguien tiene que ocuparse de indagar las razones de este complot y
-si es posible- desbaratarlo.
Y hay que encontrar los quinientos millones de bolitas perdidas.
Hace pocos dias, el autor de esta note trato de dar con el frasco donde
guardaba unas pocas docenas. No estaba. Tampoco estaba la caja de las
chapitas, el album de figuritas ni el trompo ni los autitos con masilla.
Algo malo debe estar ocurriendo.

LA ACADEMIA DEL HUMOR EN FLORES

Los Hombres sensibles de Flores gustaban del humor, pero hasta por ahi
nomas.
En el fondo sospechaban que la risa suele esconder la cobardia. Y
sentian que los momentos verdaderamente grandes de la vida no soportan
bien las payasadas.
Algo de razon tenian: muchas veces una gracia oportuna sirve para
evitar una confesion o un beso. Los chuscos timoratos provocan la sonrisa
de sus enemigos para ahorrarse las trompadas.
Ser chistoso no es sencillo, pero es mucho mas seguro que ser valiente.
De todos modos, los muchachos del Angel Gris saludaban con sus mejores
risotadas las ocurrencias felices, desde la ambiciosa paradoja hasta el
modesto coscorron subrepticio.
Poco a poco, la destreza humoristica acabo por generar- ya que no
el respeto- al menos un cierto prestigio mundano que permitia el ingreso
gratuito a los asados, cumpleaños, tertulias y bautizmos del barrio.
Naturalmente, cuando las muchedumbres alcanzaron a vislumbrar
las ventajas de poseer una tecnica festiva, surgieron por todas partes
jovenes aspirantes que se postulaban para referir la historia del paisano que
estaba apurado por ir al fondo.

La Academia del Humor en Flores ofrecio conocimientos ordenados
y oportunidades profesionales a muchisimos simpaticones. La entidad alcanzo
a acuñar un estilo austero y cachador, aun hoy reconocible en renombrados
locutores, periodistas, dibujantes, escritores, actores, o simples
vivillos particulares.
Macedonio Fernandez decia que el humor es sorpresa intelectual.
La frase no define el genero, pero lo ejerce. Y es tambien una amable
recomendacion de lo imprevisto. En este sentido, los profesores de la Academia
insistian en que la chanza debe ser esporadica. El humorista que
tiende trampas comicas cada dos frases termina dejando en el publico una
saciedad mental de la que no se sale sino merced al aburrimiento.
En las clases se enseñaba a mantener largos periodos de calma y seriedad,
que no eran sino el fondo oscuro destinado a resaltar el brillo de una
brevisima donosura.
Cuanto mas avanzaba el alumno en los cursos, mas paciente se volvia
y mas extensos eran los espacios sin morisquetas.
Por cierto, algunos discipulos llevaron este criterio al extremo. A
veces escribian largas novelas de aventuras que no eran mas que el pretexto
para un solo chiste. Y en ciertos casos, ya por olvido, ya por decision
artistica, se omitia redondamente toda broma.
Acaso muchas de las obras que hoy leemos con inocencia no sean
otra cosa que la desmesurada preparacion de un chiste genial abolido a
ultimo momento.
El ambiente de la Academia era severo y protocolar. El trato de los
maestros evitaba cualquier gesto familiar o amistoso. Me permito notar en
esta conducta un rasgo de inteligencia fenomenal: el efecto de una gracia
es tanto mayor cuanto mas adusta es la circunstancia en que se la formula.
Una simple pedorreta puede ser gloriosa durante el discurso de un
escribano. El mismo recurso en una cena de egresados o en un estadio de
futbol resulta apenas una groseria.
Durante los primeros años de cursos,se procuraba alejar a los alumnos de la
tentacion de la ocurrencia facil. Quienes se dejaban arrastrar padecian
severos castigos, cuando no la expulsion lisa y llana.
Los apuntes y textos de la Academia que han llegado hasta nosotros
presentan largas listas de recursos humoristicos desaconsejados. Un extenso
capitulo rechaza el doble sentido, que consiste en exponer sobre un
objeto cualquiera como si en verdad se hiciera referencia a una parte
comprometida del cuerpo humano: "Sabroso es el pan dulce de su hermana."

Tambien se prohibia el anacronismo, los juegos de palabras, los guiños
entre parentesis, las rimas con los apellidos, las bromas sobre politicos
indoctos, los nombres zafados en japones y el desafio de adivinar como le
dicen a este o a aquel funcionario.
Al final de las recomendaciones nos espera una frase edificante:
"Conviene no utilizar estos mecanismos vulgares, salvo que uno sea un genio,
lo que en verdad no ocurre casi nunca."
Circulaba entre los aprendices un cuaderno de ejercicios muy curioso.
Contenia numerosos comienzos de relatos humoristicos que los alumnos debian
completar segun su imaginacion. Veamos algunos:


COMPLETAR LOS SIGUIENTES CUENTOS VERDES

1) Conversan en el infieno un aleman, un japones y un argentino.
El aleman declara:
- Yo estoy aqui porque asesine un vecino.

2) Una pareja de novios se encuentran en un zaguan. En el mejor
momento aparece el padre de la muchacha y dice:
- Pero que es esto?

3) Un inspector llega a un colegio y ocmienza a interrogar a los niños.
- A ver, tu.... que piensas ser cuando seas grande?

Las invenciones de los alumnos jamas eran aprobadas, Al final del
cuaderno y despues de infinitas frustraciones, el joven postulante
comprendia o recibia por escrita una nocion fundamental: el mundo no
soporta ya los cuentos verdes.


Tal vez la asignatura mas importante de los cursos de la Academia
haya sido "Vida Humoristica." La idea era producir situaciones graciosas
reales, mas alla de las creciones artificiosas. Se cuenta que el ruso Salzman
llego a ocupar esta catedra. Para cumplir con sus trabajos practicos,
los discipulos recorrian la barriada asupiciando el estallido festivo:
soltaban chanchos en las ceremonias nupciales, se burlaban de los comerciantes
extranjeros para provocar insultos en cocoliche, se fingian manfloros
en los trenes, gritaban pidiendo socorro en los probadores de las sastrerias,
hacian pelear a los chicos y simulaban perpetuas indecisiones en
los mostradores de las heladerias.
Parece que el propio Salzman fiscalizaba estas tareas situandose en
lugares estrategicos y haciendo -cada tanto- alguna correccion o sugerencia.

El humor politico es -dicen algunos- un pasatiempo intelectual
que consiste en burlarse de los peronistas.
Sin embargo, en la Academia, la materia era dictada por el profesor
Ricardo Bermudez, hombre que pertenecia a esta corriente.
Desde el principio, Bermudez trato de establecer que para hacer una
chanza inteligente cualquier partido es bueno. Asi llego a contar un dia
que los democratas progresistas levantan el piso del parquet de sus casas
para hacer asados. El efecto de esta creacion fue practicamente nulo.
Pese a todo, hay que declarar que hubo en sus enseñanzas algunos
modestos aciertos.
Refuto -por ejemplo- el viejo postulado segun el cual es imposible
hacer humor oficialista.
El humor- sostenian los ortodoxos- implica siempre la degradacion
de un valor. Por lo tanto, toda accion humoristica sera siempre en
contra de algo. De aqui se infiere la imposibilidad del chiste a favor del
gobierno o del orden vigente.
Los argumentos contrarios de Bermudez son tan sencillos que su exposicion
no produce el menor orgullo artistico:
"...Es cierto que el humor se hace siempre en contra de algo, como ya lo
sospecho Platon. Para hacer humor oficialista bastaria entonces con burlarse
de la oposicion."
En efecto, la presentacion del inconformismo y del decontento como
estados espirituales ridiculos y aun fraudulentos, propugnaba indirectamente
la admiracion del pensamiento establecido.

En efecto, la presentacion del inconformismo y el decontento como
estados espirituales ridiculos y aun fraudulentos, propugnaba indirectamente
la admiracion del pensamiento establecido.
De hecho, hoy en dia, nuestros mejores humoristas son honradamente
oficialistas, tal vez por razones parecidas a aquellas que llevaban
a los Hombres Sensibles a desconfiar del humor.

La Academia del Humor de Flores poseia tambien un registro de patentes
que permitia a los ingeniosos del barrio preservar la propiedad de
sus creaciones.
La oficina atendia dia y noche, pues ya se conoce la quisquillosidad
de los inventores de bagatelas.
De todos modos, y a pesar de los minuciosos tramites, nunca faltaban
chistosos que se sentian despojados por alguien. Esto ocurre todavia en
nuestro tiempo: cada vez que surge un programa exitoso o una nueva publicacion
de humor, muchos de nuestros conocidos declaran haber tenido la misma
idea mucho antes.

El poligrafo Manuel Mandeb -que jamas registro nada- despreciaba a
los supuestos damnificados. Oigamos sus gritos:
"Solamente pueden robarse las ideas pequeñas, las minucias que caben
en un bolsillo. Las grandes creaciones son incomodas de llevar y no estan
al alcance de los descuidistas. Cualquiera puede hacerse con el eslogan de un
nuevo calzoncillo; la teoria de la relatividad -en cambio- es de usurpacion
casi imposible.
"Convendra entonces tener ideas grandes, o en todo caso, procurar que
nuestras ocurrencias esten pegadas a nosotros de un modo tan intimo y estrecho
que nadie pueda arrancarnoslas del alma. Si quieren saberlo, yo soy mis
ideas, y quien me las robe, habra de llevarme tambien consigo."

Pero las idea de que las ideas no se roban le fue robada a Mandeb. El
abogado Gerardo Joseph la expuso como propia en una conferencia titulada
La Sustraccion de Ideas. Se dice que Mandeb se presento ante el charlista
y le dijo:
-Vea, mi amigo, al oirle exponer mis reflexiones penso que yo mismo
disertaba. Usted era yo y es tal vez por eso que no le rompo los dientes de
una trompada.
Pocos alumnos alcanzaban los cursos superiores de la Academia. Alli
se enseñaban el arte del ejemplo absurdo y sin embargo riguroso, la exquisita
discordancia entre la forma y el contenido, la nobleza del renunciamiento
artistico, y los divertidos desperfectos de la razon.
Tambien se enseñaba musica, poesia, pintura y teatro, porque sin un
genero que lo contenga el humor no es nada.
"Lo nuestro es sal -decian los maestros- y aunque la comida sin ella
es desagradable, mucho peor es comer la sal sola."
En los ultimos tramos de la carrera los aspirantes se tornaban melancolicos
y casi nada los hacia reir. Tal vez la persecucion de la gracia es un
camino demasiado duro.
Nadie alcanzo jamas el titulo de Humorista Diplomado. Pero la no
obtencion de esa jerarquia era precisamente el proposito final de la entidad.
Se trataba quiza de aprender a no reirse o mejor todavia a reir sin
olvidarse.
Asi despojado de toda pretenison, purificado de su hambre de risa,
el aspirante podra apuntar algun garbanzo.
La gracia nunca se presenta ante quien la busca demasiado.

La Academia de Flores se fue con los tiempos dorados. Algunos
siguen hoy sus rigurosos preceptos. Otros no.

EL RECUERDO Y EL OLVIDO EN EL BARRIO DE FLORES

En nuestros tiempos, no son muchas las personas de buena memoria.
Salvo, desde luego, en el barrio de Flores.
Todos sabemos las cosas que se cuentan sobre el barrio del Angel
Gris.
Y, aunque conviene desconfiar de cualquier testimonio al respecto,
es casi un hecho que los Hombres Sensibles hacen alarde de recordarlo todo
y suelen ejercitarse en lances tan complicados como la tabla del 113.
Esto puede sorprender a quienes han oido que los Hombres Sensibles
de Flores huyen de las precisiones cientificas como de la peste y son mas
bien proclives a la improvisacion.
Pero tambien ocurre que estos espiritus atorrantes odian la muerte y
sospechan que lo que se olvida, se muere.
Por eso no es raro encontrar en los atardeceres de la calle Artigas a los
muchachos sombrios memorizando versos murgueros , recordando la formacion de
Boca en 1955 o repitiendo en voz baja la lista de asistencia del colegio
secundario.
Estan rescatando cosas de la muerte. A su manera, son salvadores.


Entre tanton enemigos como tienen los Hombres Sensibles, se hallan
los Amigos del Olvido, organizacion con sede en Caballito, que propugna la
abolicion del recuerdo, segun dicen porque duele.

"Todo recuerdo es triste" declaran estos caballeros.

Lo peor de estos impios es su aire de inocencia, hijo del olvido de sus
culpas. Sus semblantes sonrientes despiertan la simpatia de todos y cada
dia, docenas de socios nuevos se inscriben en la sede de la calle Rojas.
El grupo se organiza en subcomisiones que se encargan a su turno de
olvidar ciertas porciones del universo.
Asi, existe la Comision del Olvido Permanente de Marcos Ciani, des-
tinada a borrar las huellas del veterano piloto de Venado Tuerto. En sus
reuniones la subcomision delibera sobre toda clase de asuntos, con la
excepcion de aquellos que se vinculen de algun modo con Marcos Ciani.
Una rama radicalizada de los Amigos del Olvido declara que los recuerdos
no solo son tristes sino tambien falsos.

"Jamas recuerda uno las cosas tal cual fueron", declaman.

De modo que para esa gente, los recuerdos son especies de sueños y
lso sueños no merecen sino el desprecio.
Mientras tanto, los Hombres sensibles tienen decidido que solo los
sueños y los recuerdos son verdaderos, ante la falsedad engañosa de lo
que llamamos el presente y la realidad.
?Que es mas verdadero?, se preguntan ?El amable recuerdo de
nuestra primera novia, dulce, ansiosa, inexplicable o esta señora
contundente que compra fruta en la verduleria de la calle Condarco?
No hace falta decir que los Amigos del Olvido son mas numerosos
que los Hombres Sensibles o- al menos- presumen de ello. Mas justo
seria aclarar que muchas personas son Hombres Sensibles sin siquiera
sospecharlo.
Vale la pena admitir en este punto que hay quienes se acercan a los
Amigos del Olvido, no por simpatia filosofica, sino animados por propositos
tan mezquinos como el deseo de olvidarse de una señorita inconstante.
Tales infiltrados son descubiertos casi siempre por los miembros de
alguna comision, quienes poseen un olfato especial para distinguirlos. Las
sanciones son, en general, muy severas. Pero rara vez se cumplen,
precisamente porque los encargados de ejecutarlas se olvidan de hacerlo.
Los Amigos del Olvido aman el futuro.
Pasan largas veladas contando hazañas que aun no han cumplido y
jactandose de los amores que tendran alguna vez.
Sostienen -ademas- que siempre es mejor lo que ha ocurrido despues.
Constituye una experiencia interesante proponer a la eleccion de
un amigo del Olvido dos objetos cualesquiera, siempre eligiran lo que
se menciona en ultimo termino.

- ?Quiere usted un helado de crema o de chocolate?
- De chocolate.
-?Lo prefiere usted de chocolate o de crema?
- De crema.

De este criterio surge un insoportable optimismo y espiritu
progresista. Cualquier novedad es acogida en la sede de la calle Rojas
con aplausos y vi'tores.
Los Hombres Sensibles - como todo el mundo sabe- odian el futuro,
porque han descubierto que en el futuro esta la muerte.
El enfrentamiento entre ambos grupos ha llegado muchas veces a
una modica violencia.
Pero las ofensas no dejan rastros
En unos, porque olvidan,. En los otros, porque perdonan.

Segun los Amigos del Olvido, la existencia de medios idoneos para
almacenar el conocimiento torna inutil todo esfuerzo mental al respecto.
Poco sentido tiene - arguyen- memorizar la historia de los fenicios,
cuando hay libros que la atesoran cabalmente.
Al oir esto, los Hombres sensibles se enfurecen:

- Eh...los libros solo son recipientes que contienen lo que luego
han de beber los hombres...

Pero a estas alturas, los Amigos del Olvido ya estan en otra cosa.
Muchos Hombres Sensibles temen a las computadoras, a las calculadoras
electronicas y al Cerebro Magico.
Sostienen que el uso de estos aparatos embota el ingenio y atrofia el
intelecto. Por eso es que, con toda frecuencia, una melancolica patota recorre
el barrio del Angel Gris, destruyendo las maquinas de pensar que suelen
cundir en oficinas, para no mencionar las cajas registradoras de los bares,
los fixtures de Glostora, las balanzas y los relojes automaticos. (A la
hora de destruir, los Hombres Sensibles se enardecen y no se andan con
sutilezas)

En su larga lucha contra el recuerdo y la memoria, los Amigos del Olvido
han desarrollado interesantes estrategias. Pero, sin ninguna duda, su
mas importante hallazgo fue el Licor del Olvido, un cordial de existencia
incierta que -segun parece- tiene la virtud de abolir el pasado en quien
lo toma.
En epocas lejanas, los hombres de la calle Rojas se limitaban a beber
ellos mismos su licor, emborrachandose locamente de esperanzas sin
presagios.
Pero luego empezaron a mezclar el licor en la ginebra de los Hombres
Sensibles para inducirlos a olvidar.
Pero lo peor ocurrio cuando los Hombres Sensibles alcanzaron a destilar
el Vino del Recuerdo, cuyos efectos son -como ya se sospechara-
opuestos a los del licor.
Tambien los muchachos del Angel Gris recorrieron el mismo camino :
bebieron solos primero y trataron despues de usurpar las copas de los
que nada recuerdan.
Y eso fue terrible. Porque si el Licor del Olvido y el Vino del Recuerdo
son de por si peligrosos, la mezcla es verdaderamente mortal.

El autor de esta cronica cree haber probado -sin sospecharlo- ese
espantoso coctel.
Sus efectos se traducen en oscuras añoranzas de lo que vendra, en
olvidos de lo que nunca fue y en un sabor amargo y dulce que hace llorar.
Las señoritas Amigas del Olvido suelen pasearse por el barrio de Flores
para enamorar a los Hombres Sensibles.
Los muchachos del Angel Gris -bien lo sabemos- son de corazon
blando y se enamoran para siempre.
Entonces las señoritas de Caballito se olvidan de ellos y los abandonan
sin remordimiento.
Estos tristes episodios propenden -sin embargo- al florecimiento
de las artes en Flores, pues los Hombres Sensibles suelen componer sus
mejores versos, elaborar sus canciones mas sentidas y tallar sus mas
hermosos anillos cuando sufren.
Poco cuesta imaginar cual sera el fin de esta lucha entre olvido y
memoria.

Los Hombres Sensibles de Flores estan derrotados. De nada les
valdra oponerse a la muerte, porque la muerte llegara de todos modos.
De nada les servira su pasion por la memoria, pues toda memoria es
perecedera. Y -en definitiva - el tiempo es el mejor aliado de los Amigos
del Olvido.
Pero es obligacion de todos nosotros hacer un poco de fuerza por los
muchachos de Flores, para que su derrota sea mas honrosa.
Recordemos todo el tiempo. No olvidemos nada. Ni el color de nuestras
corbatas perdidas, no el olor a tiza y sudor del colegio, ni el calor
del asfalto sobre los pies descalzos, ni el gusto a jazmin de los besos
en la noche, ni el aroma de la untura blanca.
Si nos espera el olvido, tratemos de no merecerlo.
Y pensemos que despues de todo, aunque la victoria final sea de los
Amigos del Olvido, sera un triunfo sin festejo. Nadie lo recordara jamas.

BALADA DEL AMOR IMPOSIBLE

Los cronistas más serios del barrio del Angel Gris coinciden en destacar
la propensión de sus habitantes hacia los amores imposibles.
Así, mientras los jóvenes de otros barrios se enamoran de muchachas
groseramente posibles, los hombres de Flores parecen condenados a
amar - casi siempre en secreto - a mujeres que no serán para ellos.
Y en honor a estas damas es que los Hombres Sensibles hacen lo que
hacen.
Algunos emprenden desde chicos el estudio del violín, únicamente
para aprender a tocar un vals en obsequio de su amada. No importa que
ella no alcance jamás a oírlo. Ese no es el punto.
Otros indagan los secretos de la versificación y se sumergen en el
dolor para lograr una poesía.
Hay quienes se ejercitan en el coraje y cultivan la guapeza. Y no
faltan los que eligen la melancolia o la locura.
Piensan los Hombres Sensibles que siendo mejores merecerán ser
amados. Y para la ética sentimental de este barrio, los mejores hombres
son artistas, valientes, tristes o locos.
Por eso los muchachos más virtuosos de Flores sufren por amor.
Esta realidad ha despertado la atención de todos y la piedad de muchos.
Cada semana, los enamorados de Flores reciben el consejo de sus
amigos sabios de otras barriadas.
- ¿Por qué amar a la Gran Marquesa del Norte, que es en realidad un
duende? ¿Por qué no conformarse con la hija del yesero?
Son voces tentadoras que exponen las ventajas del amor razonable.
A estas exhortaciones, los Hombres Sensibles responden - no sin
acierto - que en el amor no existe el libre albedrío y que nadie puede
decidir de quién va a enamorarse.
Sin embargo - ya a riesgo de caer en especulaciones psicológicas fuera
de tono - cabe reconocer que los muchachos del Angel Gris tienden a
aproximarse sentimentalmente a las mujeres que menos les convienen.
Los tratadistas de Villa del Parque y los Refutadores de Leyendas
sostienen que buscar pareja es una tarea enteramente racional y hasta
científica.
Vale la pena citar la novela didáctica "Hoy te amo con la cabeza", del
profesor Amadeo Battista. Esta obra esconde - apenas - la tesis
antedicha, entre los rotosos pliegues de su trama.
Parecidos criterios auspicia la esposa de este pensador, la doctora
Alba C. de Battista en su libro "Me casé con un cretino".
Muchos hombres de negocios, comerciaantes e industriales de la
zona han entendido que el amor imposible es cosa nefasta, no sólo para
el que ama, sino también paa el desarrollo de las actividades productivas
en general.
Declaran estos lúcidos mercaderes que, por lo común, los enamorados
sin esperanza son pésimos empleados, más atentos al recuerdo de
unos ojos pardos que a la correcta realización de una nota de débito.
Tratando de reducir el número de desencuentros amorosos en
beneficio de la felicidad general, los Refutadores de Leyendas con la
ayuda de dos contadores de la Sociedad de Fomento de Villa Malcolm, prepararon
las Tablas del Amor Infalible, especie de regla de cálculo según la cual
las medidas del cuerpo del hombre, su coeficiente intelectual, su edad,
su educación, fortuna y berretines determinaban de un modo preciso a la
mujer más conveniente para sus planes amorosos.
Esto es ni más ni menos que la refutación de una leyenda o - lo que
es peor - su reducción a términos científicos. La leyenda es ésta:
"Hay para cada hombre una mujer, una sola, que reúne todas las virtudes
que ese hombre sueña. Su belleza está hecha para deslumbrar a ese
hombre.
Su voz ha sido creada para seducirlo. Su inteligencia, para sucitarle y
sugerirle ideas amables. Su ternura, para hacerle dulce el diario sufrimiento.
Esa mujer existe y anda por esas calles. Pero el destino ha decidido que
nunca jamás se crucen los caminos de ningún hombre con la mujer que para él
fue concebida."
Manuel Mandeb asegura en sus Memorias que cierta tarde creyó
reconocer a lo lejos a la mujer que le correspondía, conforme a la
leyenda. Inmediatamente se trabó en lucha con el destino y trató de alcanzar a la
muchacha. Lo consiguió en la esquina de Artigas y Avellaneda. Luego de
interceptarle el paso, procedió a explicarle la vieja creencia de los
Hombres Sensibles, mientras se secaba el sudor y trataba de recobrar el aliento.
Pero la mujer no conocía la leyenda, o tal vez la conocía y la acataba
puntualmente: dio media vuelta y se fue por Artigas hacia el norte.
Y ya que mencionamos a Manuel Mandeb, conviene recordar que su
ilegible prosa se alzó solitaria frente a los tratados racionalistas y a
los inventos de los Refutadores de Leyendas.
El polígrafo de Flores dejó un voluminoso estudio caratulado Registro
de amores imposibles en la linea del Sarmiento.
La obra consta de 914 fichas que corresponden a otros tantos casos
concretos de amor sin recompensa. Está dividida en cuatro cápitulos:
El primero, subtitulado Nunca le dije nada, es el más extenso y
registra episodios protagonizados por enamorados silenciosos.
El segundo, Negativas expone 115 rechazos, sus motivos, sus términos
y consecuencias, para no hablar de otros detalles más bien superfluos
que suelen recargar toda la obra de Manuel Mandeb.
El tercer cápitulo, Amargo desengaño, cataloga 126 decepciones,
incluidas cuatro padecidas por el propio autor.
El cuarto y último cápitulo es un inspirado texto romántico que se
conoce como Elogio del amor inconcluso. Veamos este párrafo:
"...Así como las personas que mueren en la plenitud nos ahorran el
recuerdo de su vejez, los amores interrupidos abruptamente siguen siguen
viviendo en nuestro corazón no como brasas agonizantes, sino como horrorosas
llamas que queman cada noche...
"...No hay mejor amor que el que nunca ha sido. Los romances que
alcanzan a completarse conducen inevitablemente al desengaño, al encono
o a la paciencia; los amores incompletos son siempre capullo, son siempre
pasión."
Pero dejemos ya a Manuel Mandeb y reflexionemos sobre ese delicado
asunto. Es cierto que infinidad de personas decentes viven la módica
dicha del amor común y corriente.
Pero el amor imposible, aquél del cual solamente son capaces los
Hombres Sensibles de Flores, es el único cabalmente maravilloso y digno
de admiración.
Ocurre así: un muchacho se enamora de la Mujer Más Hermosa.
Desde ese momento, su vida no tiene otro sentido que ese amor.
Sin embargo, el hombre sabe que no tiene chance en esa carrera,
pues las Mujeres Más Hermosas suelen casarse con otros caballeros,
generalmente ricos o buenos mozos o ambas cosas.
Sus buenos amigos le aconsejarán el olvido, pero este hombre ha
nacido en Flores y no tiene la menor intención de gambetear el dolor.
Y cada día deja mansamente que la tristeza le invada los huesos y que
tiña hasta el último de sus pensamientos.
A veces, las distracciones y los mundanos asuntos amenazarán con
hacerle olvidar siquiera por un momento su amor y pesadumbre. Pero el
hombre reaccionará inmediatamente y se sumergirá otra vez en su propio
abismo.
Que nadie se engañe. Este hombre que ríe a carcajadas cuando algún
conocido le refiere el cuento de los supositorios, está pensando en su
amor imposible.
Y la sangre que hincha sus venas es negra y espesa.
Pero, atención. Este amor que lo hace desgraciado es el que le hace
mejor. El ya ha renunciado a la Mujer Más Hermosa. Jamás padecerá
decepciones. Su pasión no envejecerá ni se envilecerá. Nadie podrá
engañarlo.
Y a fuerza de bañarse cada día en el sufrimiento, habrá aprendido el
secreto de la resignación.
Los caballeros exitosos no conocerán jamás la verdadera escencia del
amor imposible. Ellos jamás juegan su vida a una sola baraja. Con toda
prudencia realizan inversiones en uno y otro lugar para compensar con
unas las pérdidas ocasionadas por otras.
Pero el amor imposible no es cosa de prudentes, sino de Quijotes.
Sólo cuatro veces en doce años vio Alonso Quijano a Aldonza
Lorenzo.
Jamás cruzaron palabra. Pero eso le bastó para vivir en ella y por
ella.
Sin esperar recompensa.
Por eso, señores, si acaso atesoran ustedes uno de estos metejones
locos, a no arrepentirse. Sigan soñando y esperando lo imposible. Aunque
sepamos que nuestras ilusiones no habrán de cumplirse nunca, sigamos
acariciándolas. Lo contrario sería - como pensaba Wimpy - confundir
una ilusión con un pagaré.
Será una larga jornada. Muchas veces tendremos ganas de contar
nuestra pena, pero no podremos hacerlo, para no profanarla. Siempre
estaremos solos y tristes, pero no es para tanto. Después de todo, ya
se sabe que los únicos paraísos que existen son los paraísos perdidos.

martes, diciembre 28, 2004

REFUTACIÓN DEL REGRESO

No hay sueño mas grande en la vida que el Sueño del Regreso. El mejor camino es el camino de vuelta, que es también el camino imposible. Los Hombres Sensibles de Flores, en sus nocturnas recorridas por las calles del barrio, planeaban volver.
Volver a cualquier parte.
A la adolescencia, para reencontrarse con los amores viejos.
A la infancia para recobrar las bolitas perdidas.
A la primera novia, para jurarle que no ha sido olvidada.
A la escuela, para sentir ese olor a sudor y tiza que no se encuentra en ninguna otra parte.
Volver fue para ellos la aventura prohibida. Cada noche sonaban con patios queridos y cariños ausentes. Y cada mañana despertaban llorando desengañados y revolvían la cama para ver si algún pedazo de sueño se había quedado enganchado entre las cobijas.
A pesar de todo, los muchachos de Flores habían aprendido a disfrutar de los regresos modestos y cada tanto visitaban antiguas pizzerías, veían películas de Paul Muni, cantaban el vals Penas que Matan o examinaban fotos amarillentas en la pieza de Manuel Mandeb.
Desde luego, los Refutadores de Leyendas se burlaban de todo esto.
- ¡Saluden a los nuevos tiempos! - gritaban- . El mundo marcha hacia adelante.
La comparsa racionalista acusaba a los Hombres Sensibles de retrógrados y conservadores. Tal vez tenían algo de razón: Mandeb y sus amigos andaban siempre por los mismos lugares, contaban miles de veces las mismas anécdotas y se divertían robando nísperos siempre en la misma casa.
- Marchan ustedes a contramano de la historia- rugían los Refutadores. Y era cierto. Pero siempre es recomendable recorrer la vida a contramano, sobre todo si uno sospecha quien ha puesto las flechas del tránsito;.
En los años dorados del barrio del Angel Gris, funcionaba en la calle Gavilán la agencia Todo para el Regreso. Esta empresa organizaba unos viajes y peregrinaciones cuyo atractivo principal estaba en la vuelta. Por cierto, solían elegir lugares horrorosos, con alojamiento míseros y comidas inmundas, precisamente para acrecentar el deseo de volver cuanto antes.
Pero el mayor éxito se obtuvo con el Servicio de Recuperación de Vecinos. La agencia se ocupaba de localizar y entrevistar a pobladores antiguos, alejados del barrio por las perversas mudanzas. Por un precio razonable se les ofrecía una fiesta callejera en su viejo vecindario , con la presencia de todos los personajes de la zona. El servicio incluía la entrega de un pergamino, palabras alusivas a cargo de empleados de la empresa y llegado el caso, indumentaria apropiada para que el vecino emigrante pudiera fingir opulencia si lo deseaba.
Existía -además- un plan superior que contemplaba la reinstalación lisa y llana del vecino perdido en su antigua residencia. Desde luego, los costos eran grandes y no resultaba sencillo vencer las dificultades que se presentaban: desalojo del nuevo ocupante de la finca, abolición de las eventuales reformas, rescate de los muebles originales y restauración del exacto grado de higiene en que acostumbraban vivir el cliente y su familia. Para cumplir con esta ultima pretensión, a veces había que limpiar y otras veces era necesario juntar mugre.
En realidad, hay que confesar que durante todo el tiempo que funcionó el Servicio de Recuperación de Vecinos, solamente una vez se concreto el plan superior. Fue el famoso regreso de la familia del ingeniero Vaccari a su casa de la calle Bolivia Este servicio fue solventado por los amigos del poeta Jorge Allen, después de mas de un año de colectas, rifas, prestamos a interés y timbas a beneficio.
No es que a nadie le importara gran cosa del ingeniero Vaccari. Pero Jorge Allen estaba enamorado de Leonor, la mayor de sus hijas y no estaba seguro de poder seducirla en Bancalari.
La historia no tuvo un final feliz. Leonor rechazó tercamente a Jorge Allen y se entreveró con un carnicero que venia a rondarla precisamente desde Bancalari. Allí mismo se fueron a vivir cuando se casaron, un año después. El resto de la familia Vaccari acabó mudándose más tarde a San Miguel, barrio del que no fueron rescatados jamás.
El ruso Salzman, legendario jugador de dados, también supo hacer un negocio parecido. Sin la intervención de la agencia, se decidió a comprar la casa de su infancia, ocupada desde hacia años por perfectos desconocidos.
En semejante patriada, el ruso gastó la memorable ganancia de una noche gloriosa en el casino de Mar del Plata.
Una vez instalado, comprendió que la inversión había sido inútil.
- He recuperado mi casa -dijo- . Pero la infancia, no.
Catorce años después de haber egresado como bachiller, Manuel Mandeb volvió a inscribirse en el Colegio Nacional Nicolás Avellaneda.
El polígrafo de Flores estaba entusiasmado con la ida y propuso a sus antiguos compañeros que hicieran lo mismo, para repetir a época mas feliz de sus vidas.No tuvo mucha suerte: Ávila, Capel, Carrasco, Cichoworsky, Donath, Frascarelli, Frezza... Por orden alfabético todos se fueron negando y presentando sólidos pretextos. El trabajo, la familia, la distancia, el dinero., De algún modo misterioso aquellos atorrantes habían contraído la responsabilidad.
Manuel Mandeb no se achicó y comenzó las clases.
Y el primer día trato de reproducir episodios divertidos que habían ocurrido antes, pero las cosas no eran iguales. Sus nuevos compañeros eran bastante chitrulos y se resistían a secundarlo en sus travesuras, no le llamaban EL Turco sino El Abuelo. Para peor, algunos profesores creían recordarlo vagamente y no sabían si confundirlo con su hijo o con su padre.
Logró -eso sí- algunas buenas notas y hasta quince amonestaciones. Un día, el jefe de celadores descubrió la verdad.
- No crea que no lo he reconocido, señor Mandeb. Este es otro de sus inventos. Yo pense que el titulo de bachiller iba a servirle de escarmiento, pero veo que no es así. Usted es de los que siguen jorobando hasta después de muertos.
Mandeb contesto llorando:
-Usted es el único que me ha comprendido. Gracias.
-Cállese la boca, señor -grito el jefe de celadores- Vuelva a clase.
El pensador de Flores fue expulsado poco después. Pero a pesar de su fracaso, la segunda inscripción es una maniobra que merece ser estudiada por los melancólicos cabales. Sostengo que con el apoyo de sus viejos condiscípulos, la experiencia de Mandeb hubiera sido emocionante.
La agencia Todo para el Regreso se fundió por falta de clientes. En un ultimo esfuerzo, sus dueños ofrecieron servicios económicos. Eran retornos fingidos, vueltas sin ida, reencuentros sin ausencia. El interesado podía simular su viaje al Africa. La empresa se encargaba del recibimiento, los abrazos y las lagrimas. EL éxito fue nulo. Por esos días, Manuel Mandeb escribió su oscuro ensayo Nunca se Vuelve. Leamos algunos párrafos:
"No es posible regresar a ninguna parte. Los puntos de partida no se quedan quietos y a la vuelta ya no están, para poder volver se necesita, por empezar, un punto de partida eterno e inmutable. Pero todo se mueve y no hay forma de detener el Universo. Créanme si les digo que nadie ha efectuado nunca jamas un verdadero regreso. EL hombre que lo consiga cumplirá la hazaña mas grande de la historia".
La idea de no bañarse dos veces en el mismo río no constituye ninguna novedad filosófica. Pero adviértase que Mandeb deseaba en verdad volver a bañarse. Esta fue su mayor obsesión y siempre lamentó amargamente no poder remontar los tiempos.
Los Refutadores de Leyendas se alegran de la dinámica universal y esperan el futuro con impaciencia. Desean liberarse del pasado, romper las cadenas. Pero si esto encierra la idea de libertad, hay que reconocer que Manuel Mandeb fue mucho mas lejos:
"¿Por qué no puede uno estar en varios lugares al mismo tiempo? ¿Qué es esto de no poder volver al pasado ni visitar el futuro? ¿Por qué no es posible extraer de las premisas de la razón las consecuencias que a uno se le antojen?"...
"Ah, la libertad...la libertad sin tiempo, ni espacio, ni lógica. La libertad de vivir todas las vidas, de estar en todas partes, de recorrer las edades. ¿Qué dicen a esto los libertarios sin frontera?"
Pero las cosas son como son. Esa es la pena de los Hombres Sensibles. La misma de los viajeros que no pueden volver atrás. Ellos, no han nacido para viajar. Y sin embargo, ahí andan con la vida llena de extraños, ansiando la inmortalidad, solamente para poder regresar.
Algunos tratan de no partir: amor...quedémonos aquí... Pero el que no parte también se queda solo.
En Flores se suele contar la leyenda de Antón Raffo, quien según parece poseía el Secreto del Regreso. Mandeb y Jorge Allen llegaron a conocerlo. Es cierto que el hombre usaba en su conversación algunos giros inquietantes.
-Ya voy a arreglar eso cuando sea un poco mas joven.
- He besado muchas veces a Mónica. Pero será mucho mejor cuando le de el primer beso.
-Ya estoy harto de nacer, caballeros.
Los muchachos de Flores no pudieron indagar demasiado. Raffo desapareció y si es que posee el Secreto, tal vez ande en otros tiempos mas prometedores.
Aquí cabe una modesta reflexión. Aun cuando fuera posible volver al pasado, nada sería igual. Todos los actos de nuestra vida repetidos minuciosamente, serían distintos al estar ocurriendo por segunda vez. Esta diferencia es sustancial. Llevaríamos con nosotros la carga de la experiencia anterior. Nos estaría negada la ansiedad y la esperanza. ¿Con qué entusiasmo apostáramos a las cartas que ya sabemos perdedoras? Alguien dirá:
sería preciso borrar la memoria y volver al pasado sin recordar que ya lo vivimos. Respuesta: ¿de qué sirve volver si uno no sabe que vuelve? Para el caso es posible pensar que ahora mismo estamos viviendo por segunda o quinta vez la misma vida.
Quien les escribe ha soñado muchas veces este episodio:
Camino por la calle Urquiza, en Caseros. Soy como ahora, un grandulón melancólico. Pero descubro que no estoy en el presente sino en los primeros años de la década del 50. Llego ante la casa que lleva el numero 68 y toco el timbre. Al rato sale a recibirme un nene mugriento y desconfiado. Soy yo mismo. Abrazo emocionado al chico. Desde adentro oigo la voz del abuelo que pregunta:
- ¿Quién es , Negro?
Nunca he podido imaginar que algo mejor pudiera ocurrirme. Los funcionarios del paraíso no tendrán que ponerse en grandes gastos conmigo.
El libro de aventuras del regreso sigue en blanco.
Ni los Hombres Sensibles, ni los Pensadores del Eterno Retorno, ni muchos de nosotros -que a veces creemos volver- hemos podido dar un solo paso. Esto no nos impide ser dichosos algunas veces, a pesar de todo. Las personas decentes nos piden madurez y resignación . Quieren que olvidemos nuestras trágicas ensoñaciones. Pero nosotros no queremos olvidar. Y el que olvide, jamás, jamás podrá ser nuestro amigo.
Ni siquiera cuando volvamos a encontrarnos otra vez y para siempre.

viernes, diciembre 24, 2004

Diablo

Esto que van a leer no me pertenece, está sacado de "El libro del Fantasma", de Alejandro Dolina. Lo puse porque me gusta y porque coincido en todo lo que dice. Que lo disfruten.



DIABLO

Todos sabemos que el túnel que pasa bajo las vías en la estación de Flores es una de las entradas del infierno.

Cierta noche de otoño, el ruso Salzman, uno de los tahúres más prometedores del barrio, estaba haciendo un solitario en uno de los bares mugrientos que existen por allí. Vino a interrumpirlo un individuo alto y flaco, vestido con ropas elegantes, pero un poco sucias.

- Buenas noches, señor, soy el Diablo.

Salzman saludó tímidamente. Estaba seguro de haber visto al Diablo otras veces, pero le pareció inadecuado mencionarlo. El hombre se acomodó en una silla y sonrió con dientes verdosos.

- Un solitario es poca cosa para un jugador como usted. Sepa que le está hablando el dueño de todas las fichas del mundo... Conozco de memoria todas las manos que se han repartido en la historia de los naipes. También conozco las que se repartirán en el futuro. Los dados y las ruletas me obedecen... Mi cara está en todas las barajas... Poseo la cifra secreta y fatal que han de sumar sus generalas cuando llegue el fin de su vida...

Salzman no podía soportar aquella clase de discursos. Para ver si se callaba, lo invitó a jugar al chinchón.

- No comprende, amigo. Le estoy ofreciendo el triunfo perpetuo. Puedo hacer sus pálpitos leyes de acero. Por el precio de su alma - una bicoca, si me permite - le haré ganar fortunas.

- No puedo aceptar - dijo Salzman en el mismo momento en que se le traba el solitario.

- Acaso le gusta perder?

- Me gusta jugar.

- Usted es un imbécil... Tiene ganado el cielo. En fin, disculpe la molestia. Si no es su alma, será cualquier otra.

Salzman sintió la tentación de humillarlo.

- Quiere un consejo? Váyase por donde vino... Aquí no conseguirá nada.

El hombre alto lo miró sobrándolo.

- Olvida con quién está hablando. Siempre consigo lo que me propongo.

- Vea, supongo que lo que usted pretende es corromper un alma pura. Por aquí hay muy pocas. Y además, éste es el barrio de la mala suerte. Todo sale mal.

- Hagamos una apuesta. Si consigo un alma antes del amanecer, me llevaré también la suya. Si pierdo, usted podrá pedirme lo que quiera.

Salzman juntó las cartas desparramadas.

- Usted sabe que lo que me propone es inaceptable... Pero acepto. Desde luego, tendré que acompañarlo para asegurarme de que no haga trampa.

Los dos personajes caminaron juntos por la oscuridad. Anduvieron por la plaza desierta. En la avenida se cruzaron con algunos paseantes que no sirvieron de nada porque ya estaban condenados.

Salzman estaba un poco perturbado: es que su acompañante matizaba el paseo con pequeñas y crueles travesuras. En la calle Yerbal le quitó la gorra a un pobre viejo y en Bacacay le dio una feroz patada a un perrito negro. Cada tanto, cantaba un estribillo con voz de barítono.

- Almas, quién me vende el alma...

Caminaron hacia el norte y en Aranguren se encontraron con una prostituta de increíble hermosura. Era muy joven, casi una niña. Salzman estaba asombrado.

- Mire...

- Esto será fácil. La chica tiene hambre y aunque usted no lo crea, ésta es su primera noche. Puedo asegurarle que seré su primer cliente.

- Si usted lo dice... Pero recuerde que en este barrio todo sale mal.

El hombre alto dejó a Salzman esperando en la esquina y se acercó a la chica. Después se metieron en un oscuro zaguán.

- Me llamo Lilí - dijo ella - Tráteme bien. Tengo mucho miedo.

Pasaron largas horas. La chica se derrumbó, extenuada y sonriente.

- Ya no tengo miedo.

Al rato salieron los dos abrazados. En medio de la calle, el hombre sacó la billetera. Salzman escuchaba escondido detrás de un árbol.

- Fue maravilloso. Este dinero es tuyo.

- No quiero nada. Lo hice por amor.

El sujeto dio media vuelta y con paso indignado se acercó a Salzman.

- Apúrese que es tarde.

Anduvieron por el Odeón, por Tío Fritz y por La Perla de Flores, donde un grupo de racionalistas les explicó que el pecado no existía, que el verdadero demonio es el que todos llevamos dentro y que en realidad no hay hombres malvados sino psicóticos, perversos, sádicos, fóbicos o histéricos. Al salir, el hombre rompió la vidriera de un ladrillazo. Después volvió a cantar.

- Almas, quién me vende el alma...

En la puerta de Bamboche vieron a Jorge Allen, el poeta, que por fin había encontrado la pena de amor definitiva. Salzman indicó que se trataba de un amigo y pidió que no se lo molestara con la condenación eterna. El hombre se rió a carcajadas.

- No está en mis manos condenar a ese muchacho. Los enamorados hallan el cielo o el infierno en el objeto de su amor.

- Tiene razón - dijo el poeta sonriendo.

Salzman lo presentó.

- Jorge Allen... el Demonio.

- Ya nos conocemos, pero ya que está: por qué no compra mi alma? Sólo pido el amor de la mujer que me enloquece. Se llama Laura.

- Ya lo sé. Se la entregué hace un tiempo a otro fulano. Por eso no lo ama.

- Con razón, con razón...

- Puedo darle el amor de cualquier otra.

- Ya lo tengo, gracias.

Allen se fue sin saludar. El hombre le mostró el culo a una vieja que pasaba.

Cerca de las cinco de la mañana, hartos de caminar, fueron a dar al Quitapenas de Nazca y Rivadavia. El hombre alto estaba deprimido por los fracasos de aquella noche. Se tomó cuatro cañas y empezó a contar chistes puercos.

- Conoce el del japonés que va al infierno?

Salzman estaba a punto de regalarle el alma para que se callara. Apareció un hombre con una guitarra. Se largó con un paso de milonga en mi menor y al rato se puso a improvisar un canto:

- Al ver a toda esta gente

en esta amable reunión

convoco a mi inspiración

con el carácter de urgente.

Si entre el público presente

se encontrara un payador,

lo desafío, señor,

a tratar cualquier asunto,

en versos de contrapunto

para ver quién es mejor.

El hombre alto le quitó la guitarra y contestó en la menor.

- Soy el diablo y por lo tanto

acepto su desafío,

sepa que este canto mío

ya ha vencido al viejo Santos.

Pero yo gratis no canto,

quiero una apuesta ambiciosa.

Pregúnteme cualquier cosa,

mas, si contesto, le digo:

llevaré su alma conmigo

a la Región Tenebrosa.

El payador no se achicó.

- Por mi alma yo se lo acepto

o sino por una copa,

no me asusta Juan Sin Ropa

pues ya ni el diablo respeto.

Pero seamos concretos,

el tema será profundo:

diga de un modo rotundo

qué siente usté en el amor

y si no invite, señor,

la vuelta pa' todo el mundo.

El diablo hizo una mueca de asco y pegó la vuelta.

A las seis en punto, pasó por el lugar Manuel Mandeb. Con aliento de azufre, el hombre alto le habló al oído.

- Le compro el alma, jefe.

- Vea, no hay nada en el mundo que me interese, salvo tener un alma. De modo que estamos ante una paradoja.

Empezó a amanecer.

- Oiga, Salzman... De hombre a hombre se lo digo... Esto no es justo: todas esas personas que hemos visto son cien veces más perversas que usted y yo juntos. Quizá sea hora de retirarme de este estúpido negocio.

- No se desespere, amigo.

- No me consuele. No olvide quien soy. Pídame lo que quiera. Salieron a Nazca y vieron venir por la vereda a Lilí, la joven prostituta. Las luces del día la hacían todavía más hermosa. El hombre se peinó las cejas con escupida.

- De sólo verla se me encienden los siete fuegos del infierno. Tal vez no me lleve ningún alma, pero le juro que no perderé esta noche.

Salió corriendo y la encaró junto a un portón.

- Creo que estuve un poco brusco hace un rato y por eso he resuelto compensarla.

Ella lo miró con frialdad.

- A qué se refiere?

- Le daré poder. Poder sobre mí.

Ahora ella miraba un cartel lejano.

- Perdón, creo que no entiendo.

- Vea, no acostumbro a hacer estas cosas. Pero debo reconocer que estoy excepcionalmente impresionado por usted. Antes la traté como a todas. Ahora me gustaría tratarla como a ninguna.

La chica empezó a caminar.

- No tengo nada que ver con todo eso.

- No se vaya. Quiero estar con usted. Puede entender eso?

- Sí lo entiendo, pero... Lo llamaré otro día.

- Lilí, soy yo... el del zaguán. Y para mí el único día de la eternidad es hoy.

- Pero para mí no.

- Está bien. Quizás ahora no. Digamos mañana.

- Creo que no. Estoy un poco confundida. Necesito tiempo.

El hombre encendió los ojos.

- Tiempo? A mí me hablas de tiempo? Acaso te olvidas de quién soy?

- No sé... si no me lo explica.

- No estoy acostumbrado a dar explicaciones. Mi identidad es obstensible. Has estado conmigo y no te has dado cuenta...

- No.

El empezó a sacudirla, mientras gritaba como un loco.

- Soy Satanás, el Señor de las Tinieblas, el Príncipe de las Naciones, Lucifer, El Portador de Luz, el Adversario, el Tentador, Moloch, Belcebú, Mefistófeles, Ahrimán, Iblis... Entendes? Soy el Diablo !

Hubo un trueno que hizo tamblar la barriada. Ella lo apartó y lo miró con desprecio.

- Cállate de una vez, miserable gusano enamorado. No ves que te estás humillando ante mí? No comprendes que podría llevarte a donde yo quiciera? No comprendes que podría hacerte mi esclavo, que podría obligarte a adorarme?... Y sabes por qué?... Porque el Demonio, el verdadero Demonio... soy yo.

Lilí se fue canturreando una milongita.

- Almas, quién me vende un alma...

Salzman se acercó al hombre alto.

- Un cigarrillo, maestro?

- Gracias... A propósito... Le debo algo?

- Por favor... Vaya con Dios.

viernes, diciembre 17, 2004

CARTA LÍRICA A OTRO HOMBRE

Esto que van a leer ahora, fue escrito pensando en la persona que amo. En el momento de escribirlo creía que ella estaba de novia con alguien, luego me enteré de que no era así; pero para ese entonces, esto ya estaba escrito. Básicamente soy yo hablándole de ella al supuesto novio.


No te conozco, no sé quien eres

ni siquiera sé tu nombre.

Aún así puedo adivinar que te sientes dichoso

o, al menos, deberías.


No todos tenemos la suerte

de tener a nuestro lado a alguien,

y muchos menos aún tienen la suerte

de estar a lado de alguien como ella.


Estoy seguro de que no sabes quien soy

y seguro de que esto que te escribo no te importa

Ciertamente jamás me nombró,

jamás te habló de mí.


Eso no importa, suele pasar,

no tiene porque hacerlo.


Sé que no fui, ni mucho menos soy, importante en su vida.

Sólo te pido que la cuides, que no la hieras.


Te lo dice alguien a quien, con ó sin intención,

ella lastimó mucho.

No la hieras, no lo merece

es un ser casto y puro.


Duro como un roble, pero suave y frágil como una pluma.

Es una lástima... ahora que me voy, pensaba despedirme...

Pensaba en despedirme de ella.


Pero... no tiene sentido

A ella no creo que le interese


Pero sí pasa, dile que la quiero y la querré siempre.

No te hagas problema, no te pongas celoso.

Donde voy ya no podré hacer nada.


Si me equivoco, y ella alguna vez me quiso,

si te lo demuestra, si te lo dice...

Si alguna vez te pregunta donde fui, tú, hombre dichoso,

que sabes la verdad por medio de estas líneas, díselo ó muéstrale esto .


Voy a ocultarme, a posarme debajo del pasto, o tal vez de la tierra

Es tan lindo dormir abrazado por la tierra o por el pasto!

y aún así, aún en esa paz, entre esa calma, y quietud reinantes,

seguiré envidiándote.


Aún en esa paz infinita de los amaneceres

con gusto al rocío que la tierra absorbe,

tú seguirás siendo más afortunado.


Yo tendré delicias mágicas,

pero tú tendrás los manjares más bellos

y más calmos que pueda ofrecer la raza humana.


Tú tendrás la dulzura de sus manos, de sus caricias,

tendrás también la miel de los besos que dan sus labios.

y aún tendrás algo mejor, tendrás su compañía

Eso no se compara con nada... con nada.

lunes, diciembre 13, 2004

Toco tu boca ("Rayuela, Capítulo N°7, Julio Cortázar)

Lo que van a leer dsde luego no es mío, pero puse porque me parece una belleza poética sublime. Espero que lo disfruten.


Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando es sus recintos donde un aire pesado va y viene con u perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.

martes, diciembre 07, 2004

LA CONSPIRACION DE LAS MUJERES HERMOSAS

No soy el autor de lo que van a leer a coninuación, pero adem0s de encantarme, me identifico con el papel de Mandeb ( y sus amigos) y en algunos actitudes de "Las mujeres hermosas" reconozco a la persona que amo, por todo esto y algunas otras cosas es que he decidido ponerlo. Que lo disfruten.


LA CONSPIRACION DE LAS MUJERES HERMOSAS.


Cuando Jorge Allen, el poeta, se cruzaba con alguna mujer hermosa, caia
en el mas hondo desasosiego.
Esta muchacha no sera para mi -pensaba mientras la veia doblar para
siempre la esquina.
Es que cada mujer que pasa frente a uno sin detenerse es una historia
de amor que no se concretara nunca. Y ya se sabe que los hombres de corazon
sueñan con vivir todas las vidas.
En ocasiones especiales, Allen usurpaba el tranco de las mas buenas
mozas para decirles algo.

- Vea: si no me conoce, no podra usted darse el lujo de olvidarme.

Pero casi siempre ocurria lo mismo. Las pibas de Flores no mostraban
el menor interes en olvidar o recordar al poeta.
Cabe ahora mismo salir al paso de la suspicacia general, aclarando
que Allen era un joven de grata y recia figura. Ademas era muy versado en
amorosas cuestiones. En verdad, casi no se ocupaba de otra cosa.
Una tarde, envenenado por la fria mmirada de una morocha en la calle
Bacacay, el hombre tuvo una inspiracion: sospecho que la indiferencia de
las hembras mas notables no era casual. Adivino una intencion comun en
todas ellas. Y decidio que tenia que existir una conjura , una conspiracion.
El la llamo La Conspiracion de las Mujeres Hermosas.
Allen nunca fue un sujeto de pensamientos ordenados. Pero su idea
intereso muchisimo a las personas mas reflexivas del barrio de Flores. El
primer fruto que se recuerda de estas inquietudes fue la memorable
conferencia en el cine San Martin pronunciada por el poligrafo Manuel Mandeb.
Su titulo fue "De las mujeres mejor no hay que hablar" vale la pena
transcribir algunos parrrafos conservados en la dudosa memoria de
supuestos asistentes.

"...Nadie puede negar el poder diabolico de la belleza. Se trata en
realidad de una fuerza mucho mas irresistible que la del dinero o la
prepotencia. Cualquiera puede despreciar a quien lo sojuzga mediante el soborno
o el temor. Por el contrario uno no tiene mas remedio que amar a quien le
impone humillaciones en virtud de su encanto. Y esta es una tragica paradoja.
"...Las mujeres hermosas de este barrio conocen perfectamente la calidad
de sus armas y las utilizan con el unico fin de provocar el sufrimiento
de los hombres sensibles. Ostentan su belleza y sin embargo no permiten que
uno la disfrute. Cuentan dinero delante de los pobres. Esta perversa conducta
no puede ser inconsciente. Obedece, sin duda a un plan minuciosamente
pensado.
"...Cada vez que me acerco a una señorita para presentarle mi respeto.
no recibo otra cosa que gestos de desagrado, gambetas ampulosas y aun amenazas
de escandalo. Ya no se puede ceder el paso a una dama sin que se sospeche
que esta por permitido perpetrarse una violacion."

Desde la cuarta fila, un grupo de colegialas le retruco al conferenciante,
llamando su atencion acerca del comportamiento de los conductores
de camionetas. Opinaban las niñas que estos profesionales, mas que
requerirlas de amores parecian proponerse insultarlas.
Este que escribe opina que la objecion es interesante. Con toda frecuencia
se ven por las calles individuos que lejos de postularse como admiradores de
las señoritas que se les cruzan, proceden a agraviarlas con
frases puercas.
Aqui surge un tema polemico. En que consiste el piropo? Cual es su
objeto y escencia?
Algunos sostienen que se trata de un genero artistico: Un hombre ve a una
mujer, se inspira y suelta parrafos. No existe la esperanza de una
recompensa, basta con la satisfaccion de haber cumplido con los duendes
interiores.
Si este es el criterio corecto, la actitud de los conductores de
camionetas es perfectamente comprensible. Ta vez quepan reparos de indole
academica. Se puede opinar que es artisticamente superior un madrigal
que un manotazo, pero ambas expresiones se encuadran rigurosamente en
la definicion que se ha sugerido anteriormente.
Otra corriente -menos desinteresada- piensa que todo piropo
manifiesta la intencion de comenzar un romance. Vale decir que se espera
de la dama que lo recibe una respuesta alentadora.
Dificil sera -por cierto- que alguien obtenga una sonrisa a cambio
de uan groseria. El asunto es apasionante y fue desarrollado por el propio
Mandeb, mucho despues, en un libro que se llamo "La objecion de las
colegialas", titulo que desperto un equivocado entusiasmo entre los
conductores de camionetas.
Pero volvamos a la conferencia.
Manuel Mandeb presento durante su exposicion a un italiano y a un
brasilero, quienes -dificultosamente- expresaron que, en sus paises,
los idilios se concertaban en forma rapida entre personas desconocidas y
que muchas veces bastaba con leves gestos para entenderse bien.
Curiosamente, el propio conferencista desautorizo a sus invitados.

"...Esta muy bien reclamar la tolerancia de las señoritas. Pero todo
amorio debe presentar una cantidad razonable de escollos. Para serles franco,
no quisiera saber nada con una mujer capaz de entreverarse en dos minutos
con un tipo como yo."

La conferencia termino en un tumulto. Varias conspiradoras asistentes
empezaron a quejarse de recibir propuestas indecorosas de los caballeros
vecinos. Probablemente se trataba de conductores de camionetas.
Los Refutadores de Leyendas hicieron oir su voz algunos dias mas
tarde. En una de sus habituales reuniones manifestaron que no creian en
la posibilidad de la conspiracion. El argumento de los racionalistas merece
consideracion: segun ellos las mujeres hermosas se odian entre si y es
inconcebible cualquier tipo de acuerdo. Declararon tambien que es falso que
esta estirpe no haga caso de lso hombres: todos los dias uno ve hermosas
muchachas acompañadas por algun señor.
Ya en el colmo de la locura, los Hombres Sensibles contestaron que alli
estaba el punto: el señor que acompaña a las mujeres hermosas es
siempre otro y esto provoca aun mas tristeza que cuando uno las ve solas.
No seria extraño que estas damas y sus acompañanates no fueran sino
incubos y sucubos que recorren el mundo para dar dique a las almas sencillas.
Ives Castagnino, el musico de Palermo, razonaba de este modo: si el
proposito de las mujeres terribles es hacer sufrir a los hombres, tienen dos
maneras de lograrlo:
1) No viviendo un romance con ellos.
2) Viviendolo.
Segun parece, al musico lo aterrorizaba mucho mas la segunda posibilidad.
Como puede suponerse, las muujeres hermosas consultadas negaron
siempre la existencia de la conjura,.De cualquier modo, hay que reconocer
que la encuesta no fue demasiado amplia. En primer lugar, las señoritas
entrevistadas desconfiaban de los encuestadores y pensaban -con toda razon-
que trataban de seducirlas. Y por otra parte resulta una verdadera ingenuidad
que, quienes son capaces de una gesta tan oscura, se presten a revelar el
secreto precisamente a sus victimas.
Como suele ocurrir en estos casos, el tema de discusion se bifurco
innumerables veces y tomo el rumbo de los tomates.
Hubo quienes pidieron que se aclararan los limites de la hermosura para
saber cabalmente quienes eran las mujeres que alcanzaban esa categoria.
La cuestion es ardua, como todo juicio estetico. Se pueden tener en
cuenta -quiza- algunos indicios. Se dice que si una dama es muy
linda, las demas la tendran por tonta. Pero no puede tomarse este lugar
comun como precepto, pues es cosa evidente que existen mujeres que, siendo
tontas, son al mismo tiempo feas. Inclusive hay gente que sostiene
haber conocido señoritas hermosas e inteligentes, lo cual para mi gusto
es demasiado.
El asunto se torna todavia mas complejo a causa de la accion de los
Agrandadores de Loros, unos caballeros mas bien babosos que con halagos
y falsedades consiguen que ciertos bagayos se crean la reina del corso.
Asi, los hombres de corazon llegan a padecer la violencia de verse rechazados
por damas que jamas pensaron seducir. La tarea de los Agrandadores
ha ido muy lejos y ha llegado incluso a las tapas de las revistas y avisos
de publicidad, donde se proponen a la admiracion de la gente de toda clase
de pescados con disfraz de Colombina.
Pero los Hombres Sensibles siempre supieron cuando se hallaban
ante la presencia de una mujer hermosa. Sentian lo que Mandeb describia como
una patada en el corazon. Y no se equivocaban nunca.
A decir verdad, jamas se alcanzaron a reunir pruebas convincentes
sobre la existencia de la conspiracion. Pero sus efectos se siguieron
padeciendo.
Pese a todo, Allen, Mandeb y todos sus amigos siguieron recorriendo
las esquinas haciendo fuerza para creer que detras de alguna puerta iba
a aparecer la mujer que les salvaria la vida.
Por suerte para los muchachos, hubo siempre entre las
conjuradas algunas Traidoras Adorables.
Naturalmente todoa traicion tiene su precio y muchas veces la exigencia
era el amor eterno. Los Hombres de Flores pagaban una y otra vez
este arancel
La denuncia de Jorge Allen ya ha sido olvidada en el barrio del Angel
Gris. Pero aunque nadie converse sobre el asunto, basta con asomarse a la
puerta para comprobar que las cosas siguen como entonces.
Alli estan las mujeres hermosas en Flores y en toda la ciudad, gritando
con sus miradas de hielo que no estan en nuestro futuro ni en nuestro
pasado.
Alli esta la abominable secta de las Chicas con Novio, poniendonos
ante la espantosa verdad de que siempre hay un hombre mejor que uno.
El camino para derrotar a esta moralla es largo y penoso, pero seguirlo
es deber de los criollos arremetedores.
No hay mas remedio que quererlas a pesar de todo. Y mas todavia, tratar
de que a uno lo quieran. Esta segunda labor es especialmente complicada y
puede llevar la vida eterna. Consiste -por ejemplo- en ser bueno,
aprender a tocar el piano, convertirse en heroe o en santo, estudiar las
ciencias, comprarse una tricota nueva, lavarse los dientes, ser considerado
y tierno y renunciar a los empleos nacionales.
Una vez hecho todo esto, ya puede el hombre enamorado, pararse en
la calle y esperar el paso de la primera mujer hermosa para decirle bien
fuerte:

-He sufrido mucho nada mas que para saber su nombre.

Seguramente , la tipa fingira no haber oido, mirara al horizonte y
seguira su camino.
Pero sera injusto.