martes, abril 05, 2005

SALVAJE AZUL

Este cielo jamás se nubla, aquí no llueve nunca. En esta mar nadie corre peligro de ahogarse, esta playa está a salvo del riesgo de robos. No hay medusas que piquen, ni hay erizos que pinchen, ni hay mosquitos que jodan. El aire, siempre a la misma temperatura, y el agua, climatizada, evitan resfríos y pulmonías. Las cochinas aguas del puerto envidian estas aguas transparentes; este aire inmaculado se burla del veneno que la gente respira en la ciudad.
La entrada no es cara, treinta dólares por persona, aunque hay que pagar aparte las sillas y las sombrillas. En Internet, se lee: "Sus hijos lo odiarán si no los lleva...". Wild Blue, la playa de Yokohama encerrada entre paredes de cristal, es una obra maestra de la industria japonesa. Las olas tienen la altura que los motores le dan. El sol electrónico sale y se pone cuando la empresa quiere, y brinda a la clientela despampanantes amaneceres tropicales y rojos crepúsculos tras las palmeras.
-Es artificial- dice un visitante-.Por eso nos gusta.

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