domingo, julio 31, 2005

ESPEJOS BLANCOS PARA CARAS NEGRAS

1. La heroica virtud
Al vertiginoso ritmo de la industria del fin de siglo, el Vaticano está produciendo santos. En los últimos veinte años el papa Juan Pablo II beatificó a más de 900 virtuosos y canonizó a casi 300.

A la cabeza de la lista de espera, favorito entre los candidatos a la santidad, figura el esclavo negro Pierre Toussaint. Se asegura que el Papa no demorará en colocarle la aureola, «por mérito de su heroica virtud».

Pierre Toussaint se llamaba igual que Toussaint Louverture, su contemporáneo, que también fue negro, esclavo y haitiano. Pero ésta es una imagen invertida en el espejo: mientras Toussaint Louverture encabezaba la guerra por la libertad de los esclavos de Haití, contra el ejército de Napoleón Bonaparte, el bueno de Pierre Toussaint practicaba la abnegación de la servidumbre. Lamiendo hasta el fin de sus días los pies de su propietaria blanca, él ejerció «la heroica virtud» de la sumisión: para ejemplo de todos los negros del mundo, nació esclavo y esclavo murió, en olor de santidad, feliz de haber hecho el bien sin mirar a quién. Además de la obediencia perpetua, y de los numerosos sacrificios que hizo por el bienestar de su ama, se le atribuyen otros milagros.

2. El santo de la escoba
San Martín de Porres fue el primer cristiano de piel oscura admitido en el blanquísimo santoral de la Iglesia católica. Murió en la ciudad de Lima, hace tres siglos y medio, con una piedra por almohada y una calavera al lado. Había sido donado al convento de los frailes dominicos. Por ser hijo de negra esclava, nunca llegó a sacerdote, pero se destacó en las tareas de limpieza. Abrazando con amor la escoba, barría todo; después, afeitaba a los curas y atendía a los enfermos; y pasaba las noches arrodillado en oración.

Aunque estaba especializado en el sector servicios, San Martín de Porres también sabía hacer milagros, y tantos hacía que el obispo tuvo que prohibírselos. En sus raros momentos libres, aprovechaba para azotarse la espalda, y mientras se arrancaba sangre se gritaba a sí mismo: «¡Perro vil!». Pasó toda la vida pidiendo perdón por su sangre impura. La santidad lo recompensó en la muerte.

3. La piel mala
A principios del siglo XVI, en los primeros años de la conquista europea, el racismo se impuso en las islas del mar Caribe. Coartada y salvoconducto de la aventura colonial, el desprecio racista se realizaba plenamente cuando se convertía en el autodesprecio de los despreciados. Muchos indígenas se rebelaron y muchos se suicidaron, por negarse al trabajo esclavo, ahorcándose o bebiendo veneno: pero otros se resignaron a otra forma de suicidio, el suicidio del alma, y aceptaron mirarse a sí mismos con los ojos del amo.

Para convertirse en blancas damas de Castilla, algunas mujeres indias y negras se untaban el cuerpo entero con un ungüento hecho de raíces de un arbusto llamado guao. La pasta de guao quemaba la piel y la limpiaba, según se decía, del color malo. Un sacrificio en vano: al cabo de los alaridos de dolor y de las llagas y las ampollas, las indias y las negras seguían siendo indias y negras.

Siglos después, en nuestros días, la industria de los cosméticos ofrece mejores productos. En la ciudad de Freetown, en la costa occidental del Africa, un periodista explica: «Aclarándose la piel, las mujeres tienen mejores posibilidades de pescar un marido rico». Freetown es la capital de Sierra Leona: según los datos oficiales, del Sierra Leone Pharmaceutical Board, el país importa legalmente 26 variedades de cremas blanqueadoras. Otras 150 entran de contrabando.

4. El pelo malo
La revista estadunidense Ebony, de lujosa impresión y amplia circulación, se propone celebrar los triunfos de la raza negra en los negocios, la política, la carrera militar, los espectáculos, la moda y los deportes. Según palabras de su fundador, Ebony «quiere promover los símbolos del éxito en la comunidad negra de Estados Unidos, con el lema: Yo también puedo triunfar».

La revista publica pocas fotos de hombres. En cambio, hay numerosas fotografías de mujeres: leyendo la edición de abril de este año, conté 182. De esas 182 mujeres negras, sólo doce tenían rizos africanos, y 170 lucían pelo lacio. La derrota del pelo crespo —«el pelo malo», como tantas veces he escuchado decir— era obra de la peluquería o milagro de las pócimas. Los productos alisadores del pelo ocupaban la mayor parte del espacio de publicidad en esa edición. Había avisos a toda página de cremas o líquidos ofrecidos por Optimum Care, Soft and Beautiful, Dark and Lovely, Alternatives, Frizz Free, TCB Health-Sense, New Age Beauty, Isoplus, CPR Motions y Raveen. Me impresionó advertir que uno de los remedios contra el cabello africano se llama, precisamente, African Pride (orgullo africano) y, según promete, «plancha y suaviza como ninguno».

5. Una herencia pesada
«Parece negro», o «parece indio», son insultos frecuentes en América Latina; y «parece blanco» es un frecuente homenaje. La mezcla con sangre negra o india «atrasa la raza»; la mezcla con sangre blanca «mejora la especie». La llamada democracia racial se reduce, en los hechos, a una pirámide social: la cúspide es blanca, o se cree blanca: y la base tiene color oscuro.

Desde la revolución en adelante, Cuba es el país latinoamericano que más ha hecho contra el racismo. Hasta sus enemigos lo reconocen; y a veces lo reconocen lamentándolo. Han quedado definitivamente atrás los tiempos en que los negros no podían bañarse en las playas privadas («porque tiñen el agua»).

Pero todavía los negros cubanos abundan en las cárceles y brillan por su ausencia en las telenovelas, como no sea para representar papeles de esclavos o criados. Una encuesta, publicada en diciembre del 98 por la revista colombiana América negra, revela que los prejuicios racistas sobreviven en la sociedad cubana, a pesar de estos 40 años de cambio y progreso, y los prejuicios sobreviven sobre todo entre sus propias víctimas: en Santa Clara, tres de cada diez negros jóvenes consideran que los negros son menos inteligentes que los blancos; y en La Habana, cuatro de cada diez negros de todas las edades creen que ellos son intelectualmente inferiores. «Los negros han sido siempre poco dados al estudio», dice un negro.

Tres siglos y medio de esclavitud son una herencia pesada y porfiada.

martes, julio 26, 2005

LOS INTRUSOS

Cuando alguna adivina se ofrece a leer el destino, más vale pedirle que elija otra víctima: déjeme creer, señora, que el futuro es una sorpresa y no un aburrimiento.

Afortunadamente, el mundo no deja de ofrecer asombros. Hasta el fútbol profesional, una industria programada para las monotonías del poder, contiene imprevistos conejos en la galera.


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Más de una cuarta parte de la humanidad asistió, por televisión, a la primera sorpresa del Mundial 2002. Ocurrió en la noche de la inauguración, en el estadio de Seúl. Contra todos los pronósticos, Francia, el país campeón del Mundial anterior, fue vencido por Senegal, que había sido una de sus colonias africanas y que por primera vez participaba de una Copa del Mundo. Francia quedó por el camino en la primera rueda, sin meter ni un solo gol. Argentina, el otro país favorito en las apuestas, también cayó en las primeras de cambio. Y después se marcharon Italia y España, asaltadas a mano armada por los árbitros. Pero todas estas escuadras poderosas fueron sobre todo víctimas de la obligación de ganar y del terror de perder, que son hermanos gemelos. Las grandes estrellas del fútbol actual habían llegado a la Copa abrumadas por el peso de la fama y de la responsabilidad, y extenuadas por el feroz ritmo de exigencia de los clubes donde actúan.
Sin historia mundialera, sin estrellas, sin la obligación de ganar ni el terror de perder, la selección de Senegal jugó en estado de gracia y fue la revelación. Llegó invicta a los cuartos de final, no pudo pasar más allá, pero su bailito incesante nos devolvió una sencilla verdad que suelen olvidar los científicos de la pelota: el fútbol es un juego y quien juega, cuando juega de verdad, siente alegría y da alegría. Fue obra de Senegal el gol que más me gustó en todo el torneo, pase de taquito de Thiaw, certero disparo de Camara; y uno de sus jugadores, Diouf, hizo la mayor cantidad de gambetas, a un promedio de ocho por partido, en un campeonato donde ese placer de los ojos parecía prohibido.

La otra sorpresa fue Turquía. Nadie creía. Llevaba medio siglo de ausencia en los mundiales. En su partido inicial, contra Brasil, la selección turca fue alevosamente estafada por el árbitro, pero siguió viaje y acabó conquistando el tercer puesto. Su fútbol, mucho brío, buena calidad, dejó mudos a los expertos que lo habían despreciado.

Casi todo lo demás fue un largo bostezo. Por suerte, en sus partidos finales, Brasil recordó que era Brasil. Cuando se desataron, y jugaron a la brasileña, sus jugadores se salieron de la jaula de mediocridad donde el director técnico, Scolari, los tenía encerrados. Y entonces, por fin, después de tanto fiasco, Brasil pudo ser una fiesta.


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Se juega con nada. O casi nada: una sola pelota alcanza, o cualquier cosa que ruede, de trapo, goma, cuero o plástico. El fútbol es el deporte más barato del mundo. Pero la pelota tiene mágicos poderes y puede hacer brotar mucho dinero del pasto. La pelota que Adidas estrenó en el Mundial es de alta tecnología: una cámara de látex, rodeada por una malla de tela cubierta por espuma de gas, que tiene por piel una blanca capa de polímero decorada con el símbolo del fuego. Ella mueve fortunas.
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El negocio del fútbol, como todos los negocios, está organizado para recompensar a los más fuertes. A veces, sin embargo, los países imprevistos y los clubes chicos, sin ningún valor de mercado, rompen las rutinas del poder.
Hace un par de años, el club Calais, un equipo de aficionados de poca experiencia y poca hinchada, fue casi campeón de Francia. Perdió la final por un pelito, por culpa de un penal dudoso. Era de no creer: los jugadores del Calais, empleados, obreros, jardineros, maestros, habían dejado por el camino a los equipos franceses de alto nivel profesional.

Cerquita nomás, en Italia, un enanito está faltando el respeto a los clubes más ricos del mundo. Nunca en la historia italiana había ocurrido: un cuadro de pueblo chico ha entrado en la serie A. Este año disputó los primeros lugares, entró quinto, a un punto del Milan, y se clasificó para la Copa europea. El convidado de piedra se llama Chievo. Proviene de una parroquia de tres mil quinientos habitantes, campesinos que producen kiwis, duraznos, salames y buenos vinos. En el café del pueblo, donde reina María la Pantalona, los hinchas celebran, lloran, discuten y deciden: el Chievo es de todos. El equipo entero, titulares y suplentes y todo lo demás, cuesta cincuenta veces menos que el dinero que recibió el club Juventus por la venta de un solo jugador, Zinedine Zidane, al Real Madrid.

A las grandes empresas del fútbol italiano no les gusta ni un poquito el fulgurante ascenso de estos nadies que juegan un fútbol suelto, audaz, atrevido. También sus vecinos, de la ciudad de Verona, los miran de reojo.

Los fanáticos de la barra brava del club Verona, que hacen el saludo fascista, tienen la costumbre de insultar a sus rivales africanos y entre los jugadores del Chievo brillan los inmigrantes negros.

Al otro lado del mar, en el Brasil, la novedad se llama San Caetano. Este club nació en un suburbio obrero de la ciudad de San Pablo, en el anillo industrial que incubó el nuevo sindicalismo y el partido de Lula.

El San Caetano, que tiene por símbolo un pájaro silvestre de color azul, practica un fútbol ofensivo y fulminante, fiel a la profesión de fe formulada por el presidente del club: “Hoy en día predomina el fútbol europeo, que es pura marcación. Pero el fútbol brasileño no debería mudar su estilo, su sello: jugar para adelante”. Mal no le ha ido, que digamos. En sus escasos trece años de vida, el San Caetano se ha abierto paso hasta la primera división y los primeros lugares de la tabla, y este año está disputando, por segunda vez, la Copa Libertadores, contra los mejores equipos de América Latina.

Y eso a pesar del problema de siempre, el drama de los clubes chicos y de los países pobres: el San Caetano crea jugadores y los pierde. Los mejores se van, comprados por los clubes grandes del Brasil (Corinthians, Palmeiras) o se marchan a Europa, al Stuttgart, al Lazio.


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El poder dice: se acabó la historia. Y dice: el destino soy yo. Pero en el fútbol, como en todo lo demás, hay intrusos. No están previstos en el guión y, sin embargo, se meten donde no los llaman, sin permiso, de contrabando, y actúan. Ellos son consuelo y profecía. Se agradece.

HUMOR NEGRO

Chiste 1
La gasolina con plomo agregado fue un inventito de EU. Allá por los años veinte, se impuso en Estados Unidos y en el mundo. Cuando el gobierno estadunidense la prohibió, en 1986, la gasolina con plomo estaba matando adultos a un ritmo de 5 mil por año, según la agencia oficial que se ocupa de la protección del ambiente. Además, según las numerosas fuentes citadas por el periodista Jamie Kitman en su investigación para la revista The Nation, el plomo había provocado daños al sistema nervioso y al nivel mental de muchos millones de niños, nadie sabe exactamente cuántos, durante 60 años.

Charles Kettering y Alfred Sloan, directivos de la General Motors, fueron los principales promotores de este veneno. Ellos han pasado a la historia como benefactores de la medicina, porque fundaron un gran hospital.

Chiste 2
Ya los griegos y los romanos sabían que el plomo era enemigo de la sangre, el suelo, el aire y el agua. Eso no tiene nada de nuevo. Sin embargo, algunos países siguen agregando plomo a la gasolina. Y mi país, el Uruguay, pongamos por caso, llega más allá: castiga la buena conducta. La gasolina sin plomo cuesta más cara. Quien contamina menos, paga más.

Chiste 3
Una empresa estadunidense, Ethyl, y otra inglesa, Octel, venden afuera lo que está prohibido adentro. El aditivo de plomo para la gasolina se exporta a los países que pueden ser intoxicados impunemente: casi todo Africa y algunos otros países del sur del mundo. Para ser un negocio en agonía, no está tan mal. El balance de 1999 reveló que Ethyl tuvo una ganancia bruta de 190 millones de dólares.

El problema de Jack El Destripador era que estaba mal asesorado. El pobre Jack no tenía agentes de relaciones públicas que maquillaran su imagen ni expertos en publicidad que bendijeran sus actos. En cambio, la empresa Ethyl, nacida del matrimonio de General Motors y Standard Oil, dice en su propaganda que "el respeto por la gente" es el valor más importante que guía sus acciones, y que hace lo que hace desarrollando "una cultura basada en la confianza mutua y el respeto mutuo". Y la empresa Octel explica: "Octel continúa desempeñando un papel primordial en el proceso universal de eliminación de los combustibles con plomo, a través del suministro seguro y eficiente de plomo para combustibles, que seguirá brindando a sus clientes mientras ellos lo requieran". Una obra maestra: practicar el crimen es la mejor manera de colaborar en la lucha contra el crimen.

Chiste 4
Según el último informe del Banco Mundial, 15 por ciento de la población del planeta devora la mitad de toda la energía que el planeta consume. Los automóviles tragan buena parte de esa mitad. En los países ricos, hay 580 vehículos por cada mil habitantes; en los países pobres, hay diez.

Los países ricos han prohibido la gasolina con plomo, pero sus habitantes de cuatro ruedas escupen otros venenos. De la vertiginosa motorización de las calles proviene buena parte de los gases que recalientan el planeta, enloquecen el clima y perforan el ozono. Los automóviles son cada vez más numerosos y cada vez más grandes. Quizá los 4 x 4, que todos los niños del mundo sueñan con tener, se llaman así porque consumen cuatro veces más combustible que los autos pequeños.

Hágase nuestra voluntad, así en la tierra como en el cielo: salvo los bebés, todos tienen automóvil propio en el país que más energía traga y más veneno escupe. El país más glotón y derrochón contiene nada más que 4 por ciento de la población mundial, emite nada menos que 24 por ciento del dióxido de carbono que agrede la atmósfera y gasta dinerales en la publicidad que lo absuelve.

Una organización modestamente llamada Fuerza de Tareas de los Líderes Globales del Medio Ambiente del Mañana ha difundido un mapamundi ecológico, publicado con el mayor destaque en la revista Newsweek y en otros medios, junto con un texto explicativo. Los líderes globales demuestran que los países más ricos son los mejores amigos de la naturaleza, los más eco-friendly, y los principales culpables de las calamidades ecológicas del planeta son Bangladesh y Uganda.

Chiste 5
El dióxido de carbono, ¿ataca la memoria? Habría que ver. En su campaña presidencial, George W. Bush había prometido que iba a limitar las emisiones de gases tóxicos. Olvidó su promesa apenas abrió la puerta de la Casa Blanca. Dijo no al acuerdo internacional de Kioto y confirmó así, una vez más, que los únicos discursos que merecen ser creídos son los discursos no pronunciados.

Chiste 6
El gobierno del planeta, ¿es un gobierno o un oleoducto? Las empresas petroleras fueron las que más dinero aportaron a la campaña de Bush, que fue la más cara de la historia. El presidente había fundado la empresa petrolera Arbusto Oil, que luego se llamó Bush Exploration, y que fue finalmente vendida a la Harken Oil & Gas. El vicepresidente, Dick Cheney, acumuló su fortuna personal desde la empresa petrolera Halliburton. A la cabeza de la seguridad nacional está Condoleezza Rice, que integró el directorio de la empresa petrolera Chevron entre 1991 y el año 2000. Don Evans, secretario de Comercio, fue presidente de la empresa petrolera Tom Brown Inc. y director de la empresa de petróleo TMBR/Sharp Drilling. Kathleen Cooper, que se ocupa del comercio en la Secretaría de Asuntos Económicos, fue ejecutiva de la empresa petrolera Exxon. Thomas White, de la Secretaría de Defensa, fue vicepresidente de la empresa petrolera Enron Corporation.

Chiste 7
Podría llamarse Asociación para el Exterminio del Planeta y sus Alrededores. Pero no: se llama Centro Mundial para el Medio Ambiente.

Entre sus miembros figuran British Petroleum, Occidental Petroleum, Exxon, Texaco, International Paper, Weyerhaeuser, Novartis, Monsanto, BASF, Dow Chemical y Royal Dutch Shell. Todos estos amigos de la naturaleza y de la especie humana, que periódicamente se condecoran entre sí, anunciaron que la empresa Shell recibirá la Medalla de Oro del Medio Ambiente correspondiente a 2001. Entre los muchos méritos de la empresa, cabe mencionar sus esfuerzos por arrasar el delta del Níger y por lograr que la dictadura de Nigeria enviara a la horca, en 1995, al escritor Ken Saro-Wiwa y a otra gente molesta que andaba protestando.

viernes, julio 22, 2005

EL TEATRO DEL BIEN Y DEL MAL

En la lucha del Bien contra el Mal, siempre es el pueblo quien pone los muertos.

Los terroristas han matado a trabajadores de cincuenta países, en Nueva York y en Washington, en nombre del Bien contra el Mal. Y en nombre del Bien contra el Mal el presidente Bush jura venganza: «Vamos a eliminar el Mal de este mundo», anuncia.

¿Eliminar el Mal? ¿Qué sería del Bien sin el Mal? No sólo los fanáticos religiosos necesitan enemigos para justificar su locura. También necesitan enemigos, para justificar su existencia, la industria de armamentos y el gigantesco aparato militar de Estados Unidos. Buenos y malos, malos y buenos: los actores cambian de máscaras, los héroes pasan a ser monstruos y los monstruos héroes, según exigen los que escriben el drama.

Eso no tiene nada de nuevo. El científico alemán Werner von Braun fue malo cuando inventó los cohetes V-2, que Hitler descargó sobre Londres, pero se convirtió en bueno el día en que puso su talento al servicio de Estados Unidos. Stalin fue bueno durante la Segunda Guerra Mundial y malo después, cuando pasó a dirigir el Imperio del Mal. En los años de la guerra fría escribió John Steinbeck: «Quizá todo el mundo necesita rusos. Apuesto a que también en Rusia necesitan rusos. Quizá ellos los llaman americanos.» Después, los rusos se abuenaron. Ahora, también Putin dice: «El Mal debe ser castigado.»

Saddam Hussein era bueno, y buenas eran las armas químicas que empleó contra los iraníes y los kurdos. Después, se amaló. Ya se llamaba Satán Hussein cuando los Estados Unidos, que venían de invadir Panamá, invadieron Irak porque Irak había invadido Kuwait. Bush Padre tuvo a su cargo esta guerra contra el Mal. Con el espíritu humanitario y compasivo que caracteriza a su familia, mató a más de cien mil iraquíes, civiles en su gran mayoría.

Satán Hussein sigue estando donde estaba, pero este enemigo número uno de la humanidad ha caído a la categoría de enemigo número dos. El flagelo del mundo se llama ahora Osama Bin Laden. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) le había enseñado todo lo que sabe en materia de terrorismo: Bin Laden, amado y armado por el gobierno de Estados Unidos, era uno de los principales «guerreros de la libertad» contra el comunismo en Afganistán. Bush Padre ocupaba la vicepresidencia cuando el presidente Reagan dijo que estos héroes eran «el equivalente moral de los Padres Fundadores de América». Hollywood estaba de acuerdo con la Casa Blanca. En estos tiempos, se filmó Rambo 3: los afganos musulmanes eran los buenos. Ahora son malos malísimos, en tiempos de Bush Hijo, trece años después.

Henry Kissinger fue de los primeros en reaccionar ante la reciente tragedia. «Tan culpable como los terroristas son quienes les brindan apoyo, financiación e inspiración», sentenció, con palabras que el presidente Bush repitió horas después.

Si eso es así, habría que empezar por bombardear a Kissinger. El resultaría culpable de muchos más crímenes que los cometidos por Bin Laden y por todos los terroristas que en el mundo son. Y en muchos más países: actuando al servicio de varios gobiernos estadunidenses, brindó «apoyo, financiación e inspiración» al terror de Estado en Indonesia, Camboya, Chipre, Irán, Africa del Sur, Bangladesh y en los países sudamericanos que sufrieron la guerra sucia del Plan Cóndor.

El 11 de septiembre de 1973, exactamente 28 años antes de los fuegos de ahora, había ardido el palacio presidencial en Chile. Kissinger había anticipado el epitafio de Salvador Allende y de la democracia chilena, al comentar el resultado de las elecciones: «No tenemos por qué aceptar que un país se haga marxista por la irresponsabilidad de su pueblo.»

El desprecio por la voluntad popular es una de las muchas coincidencias entre el terrorismo de Estado y el terrorismo privado. Por poner un ejemplo, la ETA, que mata gente en nombre de la independencia del País Vasco, dice a través de uno de sus voceros: «Los derechos no tienen nada que ver con mayorías y minorías.»

Mucho se parecen entre sí el terrorismo artesanal y el de alto nivel tecnológico, el de los fundamentalistas religiosos y el de los fundamentalistas del mercado, el de los desesperados y el de los poderosos, el de los locos sueltos y el de los profesionales de uniforme. Todos comparten el mismo desprecio por la vida humana: los asesinos de los cinco mil quinientos ciudadanos triturados bajo los escombros de las Torres Gemelas, que se desplomaron como castillos de arena seca, y los asesinos de los doscientos mil guatemaltecos, en su mayoría indígenas, que han sido exterminados sin que jamás la tele ni los diarios del mundo les prestaran la menor atención. Ellos, los guatemaltecos, no fueron sacrificados por ningún fanático musulmán, sino por los militares terroristas que recibieron «apoyo, financiación e inspiración» de los sucesivos gobiernos de Estados Unidos.

Todos los enamorados de la muerte coinciden también en su obsesión por reducir a términos militares las contradicciones sociales, culturales y nacionales. En nombre del Bien contra el Mal, en nombre de la Unica Verdad, todos resuelven todo matando primero y preguntando después. Y por ese camino, terminan alimentando al enemigo que combaten. Fueron las atrocidades de Sendero Luminoso las que en gran medida incubaron al presidente Fujimori, que con considerable apoyo popular implantó un régimen de terror y vendió el Perú a precio de banana. Fueron las atrocidades de Estados Unidos en Medio Oriente las que en gran medida incubaron la guerra santa del terrorismo de Alá.

Aunque ahora el líder de la Civilización esté exhortando a una nueva Cruzada, Alá es inocente de los crímenes que se cometen en su nombre. Al fin y al cabo, Dios no ordenó el holocausto nazi contra los fieles de Jehová, y no fue Jehová quien dictó la matanza de Sabra y Chatila ni quien mandó expulsar a los palestinos de su tierra. ¡Acaso Jehová, Alá y Dios a secas no son tres nombres de una misma divinidad?

Una tragedia de equívocos: ya no se sabe quién es quién. El humo de las explosiones forma parte de una mucho más enorme cortina de humo que nos impide ver. De venganza en venganza, los terrorismos nos obligan a caminar a los tumbos. Veo una foto, publicada recientemente: en una pared de Nueva York alguna mano escribió: «Ojo por ojo deja al mundo ciego».

La espiral de la violencia engendra violencia y también confusión: dolor, miedo, intolerancia, odio, locura. En Porto Alegre, a comienzos de este año, el argelino Ahmed Ben Bella advirtió: «Este sistema, que ya enloqueció a las vacas, está enloqueciendo a la gente.» Y los locos, locos de odio, actúan igual que el poder que los genera.

Un niño de tres años, llamado Luca, comentó en estos días: «El mundo no sabe dónde está su casa.» El estaba mirando un mapa. Podía haber estado mirando un noticiero

CHOLULISMO

Hubo una época en que a la gente le costaba distinguir entre la vida y obra de sus ídolos. Cruzarse con el astro favorito era más importante que el casamiento de un hijo. Después, el romanticismo comenzó a morir. Y mientras los investigadores deciden si fue por causas naturales o por asesinato, el autor de las siguientes líneas inicia el rescate de los cholulos. Para jugar, para gozar del arte o para asombrarse ante lo mágico, siempre es indispensable condescender a una amable seriedad. Los chicos disfrutan intensamente sus diversiones, precisamente porque se las toman en serio. por el contrario, el escepticismo, el cinismo y la morbosidad analítica pueden dejarnos fuera de muchos deliciosos entretenimientos. Ninguna obra artística podría interesarnos si no aceptáramos de antemano creer en lo que se nos cuenta, aunque sepamos que es falso.Pensemos en el teatro: sí uno razona que el hijo moribundo, la madre desesperada y el traidor asesino no son más que individuos fingiendo, difícilmente pueda encontrar emoción alguna. El conocido racionalista de Flores, Aquiles Fabregat, que no comprendía estas cosas, solía asistir al cine Fénix de la avenida Rivadavia. En lo mejor de la película, cuando las viejas lloraban por las desventuras de Arturo de Córdova , Fabregat explicaba en voz alta que todo era ilusión óptica y que el drama que el público creía ver no era otra cosa que una serie de fotografías proyectadas por una lente. Después, trataba de impartir elementales nociones acerca del funcionamiento de la retina, aspecto que –por lo general- desarrollaba mientras lo echaban a patadas. Quiero decir con todo esto que para vivir ciertas experiencias se necesita un poco de ingenuidad. No es que uno postule el pajueranismo intelectual de los abribocas que se desmayan ante las puertas giratorias. Pero es evidente que la perpetua demostración de perspicacia acaba por confinarnos en un mundo insípidamente real. Así, en los últimos años han desaparecido entrañables costumbres populares, solamente porque las personas se sienten demasiados astutas para ejercerlas.Ya no se dan serenatas. Nadie se disfraza. Nadie escribe con el dedo en los vidrios empañados. No se juega a la escondida. Nadie se asusta con las películas de terror. En medio de este engrupimiento general, no es de extrañar que haya disminuido la cándida admiración que antes despertaban los artistas, los deportistas y las figuras famosas. Cholula era un personaje de historieta, no demasiado popular, cuya característica era la demasiada atracción por las estrellas de cine. Con el tiempo, los periodistas empezaron a llamar cholulos a todos aquellos que manifestaban tendencia a deslumbrarse ante la fama. A mí me parece que el remoquete encierra mucho desprecio. Y denuncio que su uso se extendió cuando ya los cholulos estaban en minoría. Antes de eso, cuando todavía existía esta desagradable palabra, el cholulismo conoció su momento de auge. Los artistas no eran entonces personas de carne y hueso, como se nos miente ahora. Tenían categoría de semidioses. Los actores no podían salir a la calle sin producir un batifondo. Alberto Castillo y Jorge Vidal obligaban a cortar el transito. Las señoras comentaban los romances de Zully Moreno o Laura Hidalgo como si fueran asuntos de interés nacional. Cuando Isabel Sarli asistía a los estrenos, sus fanáticos se esmeraban para terminar de desnudarla. Haberse cruzado alguna vez con Miguel de Molina era un episodio más conmovedor que el casamiento de un hijo. Cierto es que algunos astros lamentaba la intimidad perdida. Al parecer, les resultaba imposible ejercitar cualquier actividad – aun las más personales – sin ser ovacionados por la multitud. A veces la gente no alcanzaba a distinguir los límites entre la vida y la obra artística de sus ídolos, cosa que – de paso – constituye el ideal del romanticismo. Cuando las compañías radiales de Héctor Bates salían de gira por los cines, los actores que hacían los papeles de malvados debían soportar los insultos y los coscorrones de un publico ingenuo y justiciero. Tantas arrebatadas expresiones no siempre fueron hijas del caos y el amontonamiento. Algunos fanáticos ordenados procuraban encauzar el entrevero y darle forma institucional. Así nacieron los clubes de admiradores.Las tareas cotidianas de estas instituciones son para el que escribe un absoluto misterio.Sin embargo, puede adivinarse que repartían fotografías, que mantenían correspondencia con las revistas y hasta es posible que existieran comisiones destinadas a conseguir prendas y recuerdos de la figura amada. Cabe imaginar la instalación de vitrinas para exhibir corbatas, botones, medias, camisas, zapatos, guantes, mechones y calzoncillos de origen estelar.No todos los clubes habrán sido iguales. Pedrito Rico o Palito Ortega deben haber inspirado entidades poderosísimas. Humildes serían las instituciones para exaltar a Lalo Fransen o a Adolfo Pérez "Pocholo".Organizarse en grupos para admirar es –nadie lo dude- propio de espíritus nobles y desinteresados. Así lo entendió el polígrafo y pensador de la calle Artigas, Manuel Mandeb. el hombre, cautivado por la generosidad de estas iniciativas, resolvió –como siempre- ir un poco más lejos. Así surgió el Club de Admiradores. Como su seco nombre lo señala, la entidad no propugnaba ninguna admiración particular, sino una actitud admirativa general y filosófica. Noche a noche, los socios se reunían para maravillarse ante cantores, guardavallas, sastres, héroes, santos y bandoleros. Se admiraba la claridad de una luna, el color del último vagón de los trenes de carga, las carambolas de Ezequiel Navarra, el olor de las panaderías y el diseño mágico del siete de oros.El club de Mandeb desapareció por sus propósitos demasiados amplios y por la falta de pago del alquiler de sus oficinas.Los Refutadores de Leyendas, que odiaron siempre a los cholulos, eran más proclives al rechazo que a la exaltación. con toda insidia promovieron la fundación de clubes rechazantes, que muy pronto prosperaron en la ciudad.El Club de Rechazantes de Antonio Prieto, sin ir más lejos, organizaba reuniones en las que se proferían toda clase de denuestos contra el cantor chileno. Muchas veces los socios asistían a los recitales para silbar o sencillamente para no aplaudir.Los Refutadores siempre han creído que el rechazo es señal de inteligencia. Hoy en día se tropieza a cada paso con personas que se reputan lumbreras en virtud de su disgusto por Héctor Larrea. Y, en rigor de verdad, hay profesionales y pensadores que fundamentan su carrera en el sistemático rechazo a cualquier cosa.Pero volvamos a los buenos cholulos. Un deporte que practicaron con tenacidad fue la caza de autógrafos. Esta disciplina encuentra soporte en el error de confundir a las personas con su firma. Como quiera que sea, los cazadores de autógrafos existieron y existen en todo el mundo. a principios de siglo la firma de Bernard Shaw se cotizaba en 50 libras. se cuenta que Shaw liquidaba sus deudas entregando cheques por sumas inferiores a esa cantidad. De este modo, nadie se presentaba a cobrar al banco: era más negocio vender los cheques como autógrafos.En nuestros días asistimos a un nuevo cholulismo. El de los intelectuales y el de los funcionarios. Por supuesto que esta gente no persigue a los cantantes de boleros. más bien se amontona en torno a los escritores y políticos, particularmente si son extranjeros. lejos de criticarlos, me atrevo a saludarlos. Junto a las pelandrunas que siguen a Menudo, son los últimos admiradores ingenuos que nos van quedando.Pese a estas expresiones tardías, presiento que el cholulismo es una causa perdida.Mala señal es avergonzarse de los sentimientos. Mala señal es apostar al aburrimiento de los sabelotodos. Mala señal es el temor al ridículo. Porque quien teme al ridículo está perdido para toda acción heroica.

lunes, julio 18, 2005

LA DECADENCIA DE LA AMISTAD

Muchos pensadores han creido notar que, en estos tiempos, la amistad es mas un tema de conversacion que una actividad concreta. Por cierto, es relativamente facil encontrar personas dispuestas a componer canciones sobre los amigos. En cambio es bastante dificil conseguir que esas mismas personas le presten a uno dinero. Segun parece, el sentimiento amistoso se halla en decadencia. Todos los dias uno tropieza con canallas que lejos de preocuparse por la escasez de amigos, se jactan de ella. -Yo, amigos, lo que se dice amigos, tengo muy pocos, o ninguno, nos gritan en la cara . Y no advierte que el sujeto esta esperando que lo feliciten por semejante hazaña. En los años dorados de Flores, cuando alcanzaban su apogeo la comprension, la poesia y el juego del codillo, tambien existian enemigos de la amistad que preocupaban a los Hombres Sensibles. Manuel Mandeb, el metafisico de la calle Artigas, colecciono algunas de sus obtusas opiniones en un opusculo titulado maliciosamente Los amigos. Como ya es costumbre, transcribimos algunos parrafos. "... La amistad debe nacer en la juventud o en la infancia. Nuestros amigos son aquellos que aprenden junto a nosotros o, mejor todavia, los que viven aventuras a nuestro lado. Y por lo general, la gente aprende y vive aventuras en la juventud. Despues casi todo el mundo consigue algun empleo en casas de comercio y ya resulta imposible adquirir conocimientos nuevos o pelearse con una patota. "...A los once o doce años, uno empieza a hartarse de la familia y encuentra que los muchachos de la esquina son mucho mas divertidos que el tio Jorge. Durante mas o menos una decada nadie estara mas cerca de nuestro corazon que esos muchachos. Y si uno quiere aprovisionarse de amigos, debe hacerlo en ese periodo. Despues sera demasiado tarde..." Segun se aprecia, el criterio de Manuel Mandeb es interesante y tal vez verdadero. Sucede que en cierto momento de la vida uno descubre que esta rodeado de extraños: companieros de trabajo, clientes, acreedores, vecinos y cuñados. Los amigos de verdad estan lejos, probablemente encerrados en circulos parecidos. Algunos empecinados insisten en cultivar amistades nuevas. Los matrimonios maduros se visitan mutuamente y desarrollan palidas parodias de la amistad verdadera: se cuentan una y otra vez episodios antiguos, vividos con los amigos viejos, que ya no estan. Cuando uno es joven no cuenta historias a sus amigos: las vive con ellos. A pesar de estas sabias reflexiones de Mandeb, existio en Flores una agencia destinada a ofrecer amistad a los solitarios. Fue la celebre Proveeduria de Amigos de Ocasion. Sus fines de lucro eran innegables. Todavia hoy se recuerda su 'slogan' publicitario: "Tenga un amigo desinteresado. Paguelo en cuotas". Con solo acercarse al mostrador, el cliente ya notaba un clima amistoso y amplio. Los empleados sabian como atacar. Buenas tarde. No sabes lo que me hizo esta mañana la bruja de mi mujer. Y a los treinta segundos uno se sentia entre amigos. Despues, entre palmadas, gui~nos, pellizcones y confidencias, los comerciantes iban mostrando el amplio catalogo de la proveeduria. Tenian amigos silenciosos, dispuestos a escuchar cincuenta veces la historia de una operacion. Amigos complacientes, siempre amables y elogiosos. Amigos efusivos que saludaban con abrazos y se despedian a los gritos. Amigos divertidos, ruditos en cuentos picantes y expertos en bromas pesadas. Tambien se prestaba un servicio un tanto oneroso, especialmente para personas encumbradas. Consistia en el alquiler de una cohorte de adulones que acompañaban al cliente a todas partes, se reian de sus chistes, aplaudian sus ocurrencias y suscribian con entusiasmo cualquiera de sus pensamientos. Precediendo a esta comparsa, solia marchar un corneta, que abria la puerta de los bares y asomando la cabeza gritaba: Ahi viene el doctor Del Prete...! El trabajo se hacia tan bien, que muchos de los contratantes ya no podian prescindir de el nunca mas. Muchos profesionales del barrio extinguieron su fortuna pagando este servicio de la agencia. Un asunto que molestaba a los clientes era el rigor de los Amigos de Ocasion en sus horarios. Cuando vencia el plazo estipulado, se termianba la amistad. Sin saludar, los contratadso daban media vuelta y se iban, muchas veces interrumpiendo una carcajada o librandose bruscamente de un abrazo fraternal. Sin embargo, hay que admitir que algunos aspectos del funcionamiento de la prooveduria eran bastante nobles. Por ejemplo, la Seccion Niños permitia que los padres eligieran a los amigos de sus hijos, sin correr riesgo alguno. Para ello se contaba con un numeroso plantel de chicos e incluso enanos, adiestrados en diferentes actitudes. Segun el gusto paterno, podian encontrarse pibes atorrantes para avivar a los pequeños pelandrunes, ni~nos estudiosos para estimular a los adoquines, y criaturas educadas y juiciosas para serenar a los mas piratas. Desde luego, no pudo evitarse que muchos chicos se resistieran a la decision de los padres. Asi se oian con toda frecuencia en Flores frases como esta: - Camine a jugar con los amiguitos que le alquilo su padre, caramba...! Asimismo existia un departamento para Damas, con un amplio surtido de chimentos. Algunos malintencionados decian que las mujeres no contrataban amigas, sino enemigas, pero ese es otro asunto. El fracaso mas estruendoso fue el de la seccion Amistades Mixtas. Nada cuesta razonar que los caballeros que solicitaban amigas escondian casi siempre otras intenciones. No se espante el lector pensando que nos internaremos en un tema tan manoseado como el de la amistad entre la mujer y el hombre. Vale la pena - eso si - recordar lo que dijo Manuel Mandeb a una amiga suya, tal vez alquilada en la proveeduria. -Vea. Yo puedo ser su amigo si usted quiere. No tratare de seducirla ni me pondre romantico ni le hare propuestas indecorosas. Pero sepa que yo necesito que exista un amor potencial. Me resulta indispensable que exista una posibilidad en un millon de que algo surja entre nosotros. Le aclaro que es probable que si se da esa circunstancia yo salga corriendo. Pero es unicamente en virtud de esa remotisima chance que yo estoy aqui oyendo su conversacion como un imbecil. Los Hombres Sensibles nunca fueron buenos clientes de la agencia Amigos de Ocasion. Quiza porque sus presupuestos eran muy humildes. O a lo mejor porque les gustaba que los quisieran gratis. En cualquier caso, los muchachos del Angel Gris tenian un criollo pudor en estas cuestiones. Para ellos andar declarando publicamente el grado de amistad que sentian por alguien era cosa de afeminados. Manuel Mandeb pasaba largas horas en la esquina de Artigas y Moron fumando con Jorge Allen, el poeta. Muchas veces ni se hablaban. Se contentaban con saber que el otro estaba alli. Ya en su ultima etapa, la preveeduria empezo a ofrecer viejos amigos. En un principio la idea consistia en rastrear -a pedido del cliente- el paradero de personas ausentes y lejanas. Pero como advirtieron que la tarea era demasiado complicada, resolvieron que era mas facil inventar antiguas amistades que rescatarlas del pasado. Se preparo entonces un magnifico grupo de viejos mentirosos que ante la entrada de algun candidato de cierta edad, fingian reconocerlo y le soltaban cuatro o cinco recuerdos para ir tomando confianza. Esta seccion trabajaba mucho en las cenas anuales que suelen realizar los ex- alumnos de los colegios. Su mision consistia en ir reemplazando a los fallecidos y mantener siempre firme la concurrencia. Asi, en cierta reunion de egresados del Colegio Nacional Nicolas Avellaneda, promocion 1921, se dio el curioso caso de que ninguno de los asistentes habia pisado jamas ese establecimiento, lo que no les impidio evocar a profesores, reirse de pasadas travesuras y brindar por encuentros futuros. Con el tiempo, la actividad de la agencia fue amenguando. Contribuyo a este hecho cierta mala prensa que siempre tiene la amistad entre los espiritus escepticos. En Flores, y en todos los barrios, se contaban leyendas sobre las traiciones de los amigos y sobre las ventajas de la soledad. Todavia en nuestro tiempo hay personas que se complacen en declarar que los perros son mas leales y sinceros que los humanos. Cabe sobre esto una pequeña reflexion. Tal vez sea cierto que los perros no traicionan. Pero esto no es en realidad una virtud del animal. Ocurre simplemente, que la modica organizacion mental del perro le impide realizar procesos tan complicados como una estafa. Es decir: los perros no pueden traicionarnos, por la misma razon que no se les permite es cribir novelas. Hoy cuando ya no existe la Agencia Amigos de Ocasion, vale la pena preguntar- se si no sera necesario inventar algo para reemplazarla. Sera dificil, desde luego. Nadie podra rescatar a los amigos perdidos. Poco podra hacerse para librarnos de los desconocidos que llenan nuestro tiempo. En todo caso, cada uno de nosotros debera cuidar lo poco que tenga. Sin componer canciones ni escribir poemas. Se trata unicamente de sentarse un rato en la vereda o de matear en silencio con los que estan mas cerca de nuestro espiritu. Si uno no tiene ya a los de antes, cabe decir que tal vez existen en el mundo amigos viejos a los que todavia no conocemos. Yo mismo, las otras noches resolvi salir de mi encierro y lleno de ilusiones me encamine a cierta esquina que conozco. Tenia ganas de fumar en silencio junto a tres o cuatro sujetos que se estacionan en ese lugar. Pensaba ademas cosechar algun guiño amistoso despues de estos años en que estuve tan ocupado. Pero algo raro debe haber sucedido, porque no habia nadie.

NIñOS LIBROS Y LECTURAS

Las novelas decimononicas sobre el Imperio Romano se esfuerzan en
reconstruir la epoca de los Cesares y apenas consiguen revelar las preferencias
y gustos del siglo XIX. Sucede que los consules, los senadores y los
emperadores no pueden disimular el acento de las tertulias parisinas, por
mucho que se esfuerce el escritor. Esto no debe dejar apuntarse como un
reproche sino mas bien como una fatalidad que conviene saber antes de la
lectura.
Algo parecido sucede con los libros para chicos. Escritos desde un
mundo diferente, suelen referir historias que suenan falsas, protagonizadas
por seres lejanos e incomprensibles. Ante su propia creacion, los autores
suelen afectar una especiie de perpleja benevolencia, la misma que se
usa en la descripcion de las costumbres de los salvajes.
Alguien podra decir que lo mas conveniente es que los romanos escriban
sobre el imperio, y los niños sobre la infancia. Objecion: los romanos
no escriben ya y los niños no lo hacen todavia. De unos y otros nos separa
el tiempo.
Puede aducirse que mientras ningun escritor actual ha sido ciudadano
del Imperio, casi todos han sido niños. Sin embargo, un complicado
abismo de olvidos y falsos recuerdos parece alejarnos de nuestras emociones
infantiles. Los literaros que se fingen chicos no consiguen engañar a
nadie.
A decir verdad, no es posible ni siquiera saber con certeza si los niños
disfrutan de los libros que se les preparan.
Con mucha cautela, me atreveria a apostar que no. Evocaciones que acaso
invento ahora me remiten a las historias de terror, las investigaciones de
Mister Reeder, el Padre Brown y el poema A Margarita Debayle,
creaciones todas que poco tienen de infantiles.
Me parece tambien recordar que a mis cuatro o cinco años escuchaba con
mas placer La Copa del Olvido o Mi Noche Triste, que las cargosas
pamplinas sobre faroleras tropezadas.
Asi, menos en forma de teoria que de sospecha, postulo que un libro
que entretiene a un chico debe ser capaz de hacerlo con un adulto. Desde
luego, la admiracion no sirve en el orden inverso: toda obra necesita una
informacion previa por parte del lector para ser comprendida. El cuento
El inmortal, de Jorge Luis Borges, resultaria mas incomprensible -o insulso-
para quien desconociera la existencia de Homero.

La medicion de un hexametro exige saber latin. Presiento, sin embargo,
que miles de cuentos y novelas pueden ser leidos sin penuria por los chicos
y sin aburrimiento por los mayores. Los ejemplos son tan contundentes que
me averguenzan: La Isla del Tesoro, los cuentos de Oscar Wilde, Las Mil y una
Noches, las maravillas y horrores de la mitologia clasica.
Frente a estas obras, los coloridos volumenes de las colecciones infantiles
resultan bastante insipidos.
A veces me palpito que muchos de estos textos son estropeados por
la intencion edificante. Alguien me dijo una vez que en verdad ocurre lo
contrario: la torpeza literaria desacredita la moraleja.

Manuel Mandeb, el poligrafo de Flores, sentia horror por las novelas
protagonizadas por niños. Sostenia que sus comportamientso eran poco
racionales, o lo que es peor, poco artisticos. Recomendaba insuflar a los
pequeños personajes la mayor gravedad, pues entendia que los chicos son
generalmente serios y aborrecian la socarroneria.
Mandeb creia que el amor a los niños era una virtud literaria capaz de
redimir cualquier defecto.

-El cariñoso esfuerzo conmueve a los pibes aunque no lo confiesen
- decia.

Me parece que el hombre de Flores adivino una gran verdad.
Cuando era chico yo sentia una emocion deliciosamente triste ante las
calesitas, los circos y los caleidoscopios. No me gustaban, no me divertian.
Pero me hacian sentir una inmensa piedad por aquellas gentes,
mas inocentes que yo, que trataban de agradarme con ingenio modesto.
De entre mis juguetes infantiles recuerdo una cimitarra de madera que
me trajo mi padre. Mis juegos no incluian las gestas sarracenas, de modo
que no pude sacarle el mayor provecho. Pero alli estaba el amor del hombre
aquel que tal vez no me comprendia.
Por eso creo en el criterio de Mandeb. El amor de un poeta puede ser
mas eficaz que un buen argumento.
Mas tarde he reconocido aquellos sentimientos de la niñez al recibir
algun regalo demasiado humilde.
En los años dorados, un grupo de maestros melancolicos del barrio
del Angel Gris preparo un libro de lectura escolar diferente de todos.
Su titulo fue Tempranos Desengaños.
Contaba con textos de Manuel Mandeb y Jorge Allen, la docente Etelia
C. de Doth y otros oscuros literatos del barrio. Tambien se procuro hacer
creer que escribian algunos niños, cosa que nadie llego a admitir
jamas.
Muchos educadores han dicho que Tempranos Desengaños carecia
de propositos aleccionadores. Nada mas falso., En muchas de sus paginas
se promueve la admiracion de ciertas conductas. Sucede -eso si- que tales
conductas son precisamente aquellas que repudian los libros infantiles
convencionales. Se enaltece la inasistencia a clase, se desprecia la
aplicacion, se duda de la higiene y se festejan los desordenes.
Hay cuentos, poesias, notas y canciones, entre las que sorprende
encontrar la milonga Cobrate y Dame el Vuelto.

Vamos a transcribir algunos textos.

LOS DEBERES DE PEDRO

Pedro se sienta en los ultimos bancos del aula, como corresponde a
un chico que desdeña la educacion y la vecindad de los poderosos. Las
conspiraciones y los batifondos nunca lo hallan ajeno. Busca el riesgo de
las transgresiones y la compaña de los mas beligerantes. A veces lo tientan
el estudio y la inteligencia.
Entonces, como quien acepta un desafio, como un acompadrada,
resuelve arduos problemas de regla de tres y cumple los dictados sin
tropiezos.
Un dia, la maestra le acaricia el pelo tiernamente. El piensa:

- Ay señorita... Si supiera como me gustaria regalarle una flor y darle
un beso.

Pero Pedro sabe quien es y conoce su deber y su destino. Con una gambeta
se aleja del afecto inoportuno y va a buscar la gloria alla en el fondo,
donde los malandras se empeñan revoleando los tinteros para que se
cumpla mejor el divino proposito del Universo.

EJEMPLO (poesia)

Los sabios nos han dicho
que sigamos la sombra de tu paso.
Y ha sido tu destreza
la verguenza de nuestras lentitudes.

Los signos que guardaba
la efimera pizarra en su negrura
a ti no te negaron
revelaciones y sabidurias.

Los Seres que Vigilan
han sabido por ti nuestras infamias
y hallaste recompensa
en la noticia del castigo ajeno.

Ah, blanco paradigma,
luminoso, implacable compañero:
hoy nuevamente ha sido
postulada tu suerte como ejemplo.

El numeroso patio
tu sangre dibujada vio en el suelo
y el rumbo de mis golpes
siguio la blanca popa de tu miedo.

Asi supieron todos
despues de tu derrumbe en el recreo
las biabas que promete
mi zurda a los traidores del colegio.


LOS NIñOS PRECOCES (por Manuel Mandeb)

Algunos chicos dan frutos tempranos, no los niego. Sus padres se
enorgullacen y los exhiben entre sus familiares y conocidos, cuando no en
el cine o la television.
Me atrevo a pensar -sin embargo- que no toda precocidad es auspiciosa.
Empecemos por decir que existen adultos bondadosos, agudos, valerosos o
geniales. Y que tambien los hay mediocres, hipocritas, pomposos y
canallas.
El niño precoz recibe la visita anticipada de ciertos rasgos de la adultez.
Algunos tocan el piano como expertos profesionales, otros aprenden
lenguas, dibujan o poseen la ciencia.
Pero hay chicos cuya precocidad consiste en adquirir antes de tiempo
el tono vacio y protocolar de las conversaciones de sala de espera, y
aprenden a los seis años la filosofia de los tontos satisfechos.

"Asi anda el mundo, Doña Juana..." "Que se gana discutiendo, Don
Jose..." "Hablando se entiende la gente, Carlitos..."

Tambien repiten el lenguaje de las revistas y hacen suyas las respuestas de
los reportajes mas vulgares.
Por cierto, mucha gente cree que esa es la sabiduria, y yo digo que
mas sabios son los pibes indoctos que observan con repugnancia los dialogos
de los parientes bien educados.


Ojala surjan muchos niños prodigio que se apropien del genio con
impaciencia.
Pero para ser un papanatas, me parece que no hay apuro.


EL NIñO QUE FUE A MENOS

La señorita Claudia le pregunta a Ferro:

-Quien fundo la ciudad de Asuncion?

Ferro lo ignora y lo confiesa. La maestra intenta por otros rumbos.

- Tissot.
- No se seniorita.
- Rossi.

Silencio. El ambiente se pone pesado porque quiza la señorita
Claudia enseño aquello el dia anterior.

- Maldonado.

Nada. Claudia frunce el ceño y ensaya unos reproches generales.
Frezza, el tano Frezza, lo sabe de algun modo misterioso. Es extraño
el camino que siguen las nociones: suelen alojarse donde menos se lo piensa.

- Nuñez. Lopez. Dall'Asta.

Tampoco . Frezza espera, sobrador, sin levantar la mano. Cosa de
manyaorejas, piensa.
La señorita Claudia se dirige a las niñas y pronuncia el nombre amado.
Frezza esta muy lejos para soplar y la morocha que lo enloquece no
puede contestar.
De pronto, la maestra lo mira.

- Frezza.

Y el niño taura, que tal vez necesita anotarse un poroto, se levanta,
mira hacia el banco de la morocha y dice casi triunfal:

- No lo se.

Si es que nadie lo sabe estara bien no saberlo. Frezza se sienta y se oye
entonces, como en una horrible blasfemia, la voz de Campos, injuriosa:

- Juan de Salazar!

Pasaron los años. La morocha no conocio el amor de Frezza ni tampoco
su gesto elegante y generoso.
Si alguien califica estas lecciones en alguna Libreta Celeste, Frezza
tendra un nueve. Y si ni siquiera existe esa Libreta, entonces tendra
un diez.

UNA PELEA

Me empujaron a la salida. Hubo un tumulto blanco y despues de una rapida
investigacion quede frente a frente con Carlos.

-Que empujas?

Se formo una rueda. Alguien grito:

-Fajalo...

Niñas aterrorizadas se sumaron al grupo.
Carlos se puso muy colorado. Manos crueles lo empujaron hacia mi.
Tito, falso caudillo y sujeto temido, me dijo:

-Dale... O le tenes miedo?

Entonces le acomode una piña y ahora ya se que soy cobarde.


Tempranos Desengaños no fue aprobado por las autoridades escolares.
Puede afirmarse que pocos chicos lo leyeron.
Sin embargo, como si alguien les impartiera preceptos secretos, aun
hoy, en el tiempo de Los Refutadores de Leyendas, hay niños que se siguen
sentando en los ultimos bancos y tambien hay hombres que lejos ya de la
escuela se apartan de las ventajas y de las oportunidades faciles.
A esos, a los del Fondo, a los que pudiendo sentarse en el primer banco lo
rechazan, a los que no figuran como ejemplos en los libros de lectura, a los
espiritus lunares, a los alumnos de coraje y honor que - segun presiento- no
leen obras como esta, a todos ellos -tardiamente- los abrazo ahora, cuando
ya no me lo impiden las mezquindades que cargue en mi niñez.

domingo, julio 10, 2005

VENTAJAS

VENTAJAS

A fines de1997, Leonardo Moledo publicó un artículo en defensa de los sueldos bajos de la enseñanza argentina.
Este profesor universitario reveló que las magras retribuciones aumentan la cultura general, facorecen la diversidad y la circulación de los conocimientos y evitan las deformaciones de la fría especialización. Gracias a los sueldos de morondanga, un catdrático que por la mañana enseña cirugía del cerebro puede enriquecer su cultura, y la cultura de los demás, haciendo fotocopias por la tardey exhibiendo sus habilidades. por la noche, como trapecista de circo.
Un especialista en literatura germánica tiene la estupenda oportunidad de atender también un horno de pizza y luego puede desempeñar ña función de acomodador en el Teatro Colón. El titular de Derecho Penal puede darse el lujo de manejar un camión de reparto, de lunes a viernes, y puede dedicarse a cuidar una plaza los fines de semana; y el adjunto de biología molecular, está en óptimas condiciones para aprovechar su formación haciendo changas de plomería y pintura de automóviles.

martes, julio 05, 2005

LA INYECCION

Hace más de medio siglo, el escritor Filisberto Hernández publicó un cuento profético. Un señor vestido de blanco subía a los tranvías de Montevideo, jeringa en mano, y amablemente inyectaba un líquido en el brazo de cada pasajero. De inmediato, los inyectados empezaban a escuchar, dentro de sí, los jingles publicitarios de la fábrica de muebles EL CANARIO. Para sacarse la publicidad de las venas, había que comprar en la farmacia unas tabletas, marca EL CANARIO, que suprimían el efecto de la inyección.