INTITULADO 2

Hoy recibí uno de los golpes mas duros que he recibido en toda mi vida, en realidad, el mas duro.

La persona que mas amo en este mundo, la persona que mas amé en toda mi vida, aquella por la cual yo hubiese dado mi vida, aquella que es la dueña de mis sueños, se fue.



Me borró de su vida como a nadie, casi como si jamas me hubiese conocido.

Solo quiero que me permita formar parte de su vida, pero parece que ya no hay en su vida mas lugar para mi.

La amo, pero quiero ser su amigo, porque se que es el único resquicio que me queda.

Al menos, eso pensaba.

Pero veo que ahora no me queda ni eso.

El dolor que siento es enorme...

Es como tener adentro un terremoto.

Y ver que tu sangre, tu memoria, tu cerebro, tus ideas, tu corazón, se van derrumbando;... ¡¡y no poder hacer nada!!.

Ojalá algún día, sepa cuanto la quiero, sepa que tan importante es para mí. No para que vuelva a mí, sino para que sepa lo que hizo, que sepa el dolor que causó. Voluntaria o no, es una homicida. Está matando el amor que siento por ella, está matando el cariño que siento por ella. Aunque debo reconocer que llamar cariño al sentimiento que a ella me une, significa tener una pobreza extrema, en la capacidad de encontrar las palabras adecuadas. Siento una de las peores cosas, o mejor dicho, la peor, que puede sentir un ser humano. Me siento morir, pero no me estoy muriendo, al menos no físicamente. Estoy muriendo por dentro, que es mucho peor. La muerte física a veces tiene solución. Es decir, a veces, hay médicos que pueden provocar que uno le gane, al menos por un tiempo.

Pero para la muerte interna no hay, antídoto, ni siquiera, uno pobre que solo retrase la defunción de un corazón. Y para colmo, uno no tiene acceso a su propio corazón, al menos no acceso táctil. Es decir, uno no puede agarrase el corazón y rodearlo de "Curitas". Eso es solo una figura, una conveniencia poética. Pero lamentablemente, no puede hacerse en la vida real.

Es lo que yo necesitaría en este momento.